Los manifestantes antigubernamentales tailandeses han roto el cordón de las fuerzas de seguridad y han irrumpido en una estación de comunicaciones al norte de Bangkok, aumentando la tensión en el país, inmerso en una larga crisis política. Los camisas rojas exigen que se restaure la señal de una televisión por satélite que apoya las protestas, cortada el jueves por orden del Gobierno.
Pese a que las fuerzas de seguridad tailandesas emplearon, por primera vez, gases lacrimógenos y cañones de agua, miles de manifestantes se reagruparon y lograron entrar en el complejo de la estación de Thaicom, aunque no en el edificio principal. Los camisas rojas saltaron los alambres de espino, y forzaron la puerta de las instalaciones.
El Ejército había amenazado con utilizar la fuerza si los camisas rojas entraban en la estación terrestre de comunicaciones por satélite de Thaicom, desde la que la cadena People Channel (PTV) retransmitía en directo las manifestaciones de los opositores.
Sin embargo, la mayoría de los soldados simplemente se retiraron y dejaron que los manifestantes tomaran el control de los terrenos de la estación.
Las autoridades movilizaron 33.000 soldados y policías adicionales para mantener el estado de excepción en la capital tailandesa, según un portavoz militar. Además, la justicia ordenó la detención de 24 líderes de la protesta, según anunció el primer ministro, Abhisit Vejjajiva.
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