El caos aéreo provocado por la nube de ceniza volcánica se extiende fuera de Europa. La alteración del tráfico aéreo europeo ya está afectando a decenas de vuelos que tenían que partir de Asia y Norteamérica. Tras el cierre ayer del aeropuerto de Heathrow (Londres), el de mayor tráfico internacional del mundo, la situación se ha agravado hoy con la clausura de los de Fráncfort y Ámsterdam, que reúnen gran parte de los vuelos intercontinentales. Sólo un tercio del tráfico transatlántico ha llegado a destino.
Decenas de aeropuertos han sido cerrados en Reino Unido, Francia y Alemania y en el resto de Europa. Miles de vuelos han quedado en tierra y cientos de miles de pasajeros en las terminales. Y la paralización durará al menos hasta mañana sábado. Ya han sido cancelados 17.000 vuelos para hoy, según cálculos de la Organización Europea de Seguridad Aérea (Eurocontrol), en la que se considera la mayor crisis del tráfico aéreo desde los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001.
La paralización de vuelos es considerable: de los 28.000 trayectos que se efectúan en un día normal, para hoy sólo están previstos 11.000, según cifras de Eurocontrol (ayer jueves se realizaron 20.334) y el caos se prolongará durante el fin de semana, según la previsión de las autoridades aeroportuarias continentales. Reino Unido ya ha anunciado que ampliará el cierre su espacio aéreo hasta medianoche.
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