Son los primeros del grupo de 52 que el Gobierno aceptó liberar en un plazo de cuatro meses.Según fuentes del Ministerio español de Asuntos Exteriores, en este primer vuelo viajaron Léster González, Omar Ruiz, Antonio Villarreal, Julio César Gálvez, José Luis García Paneque y Pablo Pacheco, junto a sus familiares.
En otro avión, que tomará tierra en el aeropuerto madrileño de Barajas a las 14.00 horas (12.00 GMT), se espera la llegada de Ricardo González Alfonso, según las mismas fuentes, que han detallado que serán recibidos por Agustín Santos, director de gabinete del ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos.
Estos siete presos excarcelados, los primeros de unos veinte que han comunicado su deseo de venir a España, viajaron a Madrid acompañados de familiares.
Los siete son los primeros de 20 presos políticos que emigrarán a España entre este lunes y miércoles, según una lista que actualizó el lunes la Iglesia Católica en Cuba, sin que se descarte que sean más pues España dijo estar dispuesta a acoger a los 52 excarcelados.
En momentos en que Cuba concentra la atención internacional por las excarcelaciones, el líder comunista Fidel Castro, próximo a cumplir 84 años y retirado del gobierno desde el 2006 por enfermedad, apareció el lunes en televisión en un programa grabado, su primera entrevista difundida en tres años y su segunda presentación al público en menos de una semana.
"El video es su forma de decir estoy aquí. Son presos de Fidel. Nunca debieron estar encarcelados, son inocentes. Nos preocupa este trueque de prisión por destierro. Un desarraigo tiene un impacto familiar negativo", comentó Sánchez.
Según la Iglesia, la emigración no es una exigencia, los excarcelados podrán volver a Cuba con un permiso especial y sus familias cuando lo deseen, y no perderán sus propiedades en la isla.
Los 52 opositores eran los que quedaban tras las rejas del grupo de 75 arrestados en una redada masiva en marzo del 2003 -en la llamada Primavera Negra- y condenados un mes después en juicios sumarios a penas de 6 a 28 años de cárcel, en un caso que desató la condena internacional y tensó las relaciones entre Cuba y la Unión Europea (UE).
Fruto de un diálogo sin precedentes entre el presidente Raúl Castro y el cardenal Jaime Ortega, la excarcelación es la mayor desde que Fidel Castro sacó de prisión a un centenar de opositores tras la histórica visita a Cuba del papa Juan Pablo II, en 1998.
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