Las autoridades de México reconocieron que el asesinato de 17 personas cometido la semana pasada en una fiesta en la ciudad de Torreón fue perpetrado por un grupo de presos a los que los guardias dejaron salir de la cárcel, y les prestaron sus armas.
El portavoz de la Fiscalía General, Ricardo Nájera, aseguró que a los reos de la prisión de Gómez Palacio, en el estado de Durango, "se les permitió salir de prisión para matar, utilizando las armas de los guardias y viajando en vehículos oficiales".
Nájera explicó que los prisioneros actuaban como sicarios para las bandas del narcotráfico.
"Los criminales llevaron a cabo las ejecuciones como parte de un ajuste de cuentas de un grupo rival del crimen organizado, pero también mataron a inocentes de forma cobarde", aseguró el portavoz.
El 18 de julio, cinco vehículos utilitarios deportivos irrumpieron en una fiesta de cumpleaños en la norteña ciudad de Torreón y comenzaron un tiroteo con armas automáticas en el que 17 personas perdieron la vida y otras 18 resultaron heridas.
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