El alto el fuego anunciado ayer por ETA habría pretendido, según los expertos, respaldar al movimiento independentista vasco en su estrategia por crear un partido político para participar en las elecciones municipales de 2011. Pero todavía queda por ver si el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, que ayer recibió el anuncio con una alta dosis de cautela y escepticismo, considerará suficiente un gesto que, por el momento, no incluye el abandono definitivo de las armas. "Una cuestión es que [ETA] ofrezca ahora que no va a realizar actividades sanguinarias y otra cuestión es lo que el gobierno [español] está proponiendo, que es el abandono de la violencia", dijo José Luis Orella, director del Departamento de Pensamiento de la Universidad CEU San Pablo de Madrid.
El anuncio de ETA (que no precisa la duración del alto el fuego) tiene lugar después de un año en que el movimiento independentista radical vasco se movilizó en torno a Batasuna -formación política ilegalizada en 2003 por la justicia española por sus contactos con ETA- para pedir un cese de la violencia a la organización. Acorralados políticamente, los independentistas pretenden constituir un partido político que pueda presentarse a las elecciones municipales de la primavera de 2011. Para ello, necesitan una declaración contundente de ETA en la que la organización deponga las armas definitivamente.
El viernes pasado, Eusko Alkartasuna (EA), un partido independentista no violento y escindido del moderado Partido Nacionalista Vasco (PNV), confirmó haber solicitado, junto con Batasuna, un alto el fuego permanente de ETA bajo verificación internacional. El independentismo vasco radical carece actualmente de marca política porque en los últimos años la justicia española ha ilegalizado o prohibido presentarse a elecciones a formaciones que consideraba vinculadas a ETA.
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