Éste es uno de los comunicados más melifluos de ETA, lo cual no significa que no vaya a ser uno de los mejor aprovechados por su entorno. Desde mayo, los representantes de la izquierda abertzale llevan asegurando a quien quiera escucharles que ETA iba a hacer pública una tregua que iba a poder ser verificada internacionalmente. Aseguraban asimismo que si la banda no cumplía con estas condiciones, ellos se distanciarían de la dirección de ETA. Estamos en el mes de septiembre y, finalmente, la banda terrorista se ha pronunciado, pero ni lo anunciado es una tregua ni acepta la verificación internacional.
Lo que hace la banda terrorista es prolongar una decisión que, según dice, tomó hace unos meses de "no llevar a cabo acciones armadas ofensivas". Es decir, anuncia que no va a atentar �no dice hasta cuándo�, pero no renuncia ni a lo que suele denominar las 'labores de aprovisionamiento' �robo de armas, explosivos y coches y reclutamiento de militantes� ni a la violencia callejera ni al cobro de la extorsión empresarial.
Y es muy clara en el reconocimiento de sus objetivos: lo que pretende es ayudar a la izquierda abertzale a cumplir con la hoja de ruta escrita por la banda desde hace más de dos años: "articular el proyecto independentista" con el fin de "crear las condiciones para construir el Proceso Democrático". Es decir, conseguir la asociación con Eusko Alkartasuna, Aralar y los sindicatos y asociaciones independentistas que se les unan para, a corto plazo, intentar hacerse un hueco en las instituciones, y a medio plazo provocar unas modificaciones estatutarias e institucionales que les coloquen en el camino de la autodeterminación y finalmente de la independencia.
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