El premier Al-Maliki afirmó que las fuerzas de seguridad cumplirán con sus responsabilidade. Horas antes de que Barack Obama anunciara ayer el fin de las misiones de combate norteamericanas en territorio iraquí, el primer ministro del país árabe, Nouri al-Maliki, celebró el retorno de la soberanía plena y de la independencia a Irak, escenario de una sangrienta guerra de siete años que dejó más de 100.000 muertos entre la población civil.
En su discurso al país, Al-Maliki también destacó que Irak está ahora en igualdad de condiciones respecto de Estados Unidos, pese a los focos de violencia insurgente y a las disputas políticas, que desde marzo pasado mantienen paralizada a la administración tras unos comicios generales en los que la facción vencedora no pudo formar gobierno.
"Es un día que permanecerá en la memoria de todos los iraquíes. Irak se convierte hoy en un país soberano e independiente", afirmó Al-Maliki en un discurso transmitido por la cadena pública Iraqiya.
"Con la ejecución del retiro de las tropas, nuestras relaciones con Estados Unidos han ingresado en una nueva etapa entre dos países iguales y soberanos", agregó el premier, que representa en el gobierno de Bagdad a la mayoría chiita del país.
Presión política
Sin embargo, la poderosa influencia norteamericana en Irak se hizo notable ayer cuando el vicepresidente estadounidense, Joe Biden, mantuvo encuentros con los líderes políticos del país, a los que presionó para que rompan la impasse de seis meses que impide la formación de un nuevo gobierno.
El estancamiento amenaza con revivir las divisiones étnicas y sectarias ?que desataron un baño de sangre entre 2006 y 2007? si el ganador de los comicios, la alianza multisectaria sunnita Iraqiya, del ex primer ministro Iyad Allawi, es excluida del poder por las grandes facciones chiitas lideradas por Al-Maliki. En ese sentido, el secretario de Defensa norteamericano, Robert Gates, advirtió que la parálisis política y los choques sectarios ensombrecen el futuro del país árabe.
Biden llegó a Bagdad para presidir el relevo del mando de las tropas norteamericanas que permanecerán en el país como parte de la misión Nuevo Amanecer, cuyo objeto es el entrenamiento del ejército y de las fuerzas de seguridad iraquíes, en las que Al-Maliki confía para garantizar la seguridad del país.
"Lamentablemente, nos enfrentamos a una campaña de escepticismo y estamos convencidos de que su objetivo es impedir la retirada de las tropas estadounidenses", concluyó el premier.
"Les reitero que las fuerzas de seguridad iraquíes son capaces de asumir sus responsabilidades", insistió Al-Maliki.
El premier iraquí pidió a sus rivales políticos "unir fuerzas para combatir el terrorismo?? como una prioridad ante la partida total del ejército estadounidense en 2011, según un acuerdo de seguridad entre ambos países.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario