Dos decisiones tajantes se tomaron ayer en el Palacio de Carondelet. Una, renovar el estado de excepción en el país hasta este viernes 8 de octubre y otra, que los 19 policías que formaban parte de la escolta presidencial y de la escolta legislativa retornaran a las calles, al servicio operativo.
La salida de los policías tomó por sorpresa a los uniformados, pues el presidente Rafael Correa, durante su último enlace sabatino, ensalzó la labor de los agentes en defensa de su integridad el día de la insubordinación de policías del 30 de septiembre pasado.
El cabo Carlos Rojano también dejó ayer por la mañana el Palacio. Con ayuda de uno de sus compañeros se movilizó por la cochera en una silla de ruedas. Fue herido el jueves. “Estoy orgulloso de haberle salvado la vida al Presidente. Una bala me hirió en la pierna izquierda y me atravesó hasta la derecha, aún estoy recuperándome”. A su lado, por los pasillos de Carondelet, caminaban presurosos otros policías y oficiales que llevaban en sus manos un memorando que ratificaba la decisión de la Presidencia.
La disposición llegó de la Casa Militar. Alexis Mera, secretario jurídico de la Presidencia, precisó que los militares son los encargados de resguardar al Primer Mandatario por el estado de excepción. “Los policías de la Presidencia fueron removidos temporalmente, mientras se realizan las respectivas investigaciones”.
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