Hugo Chávez apareció exultante el pasado 23 de octubre. Su homólogo colombiano, Juan Manuel Santos, acababa de congelar el acuerdo que permitía a EE UU el uso de siete bases militares de Colombia para combatir el narcotráfico y el terrorismo. "Se impuso la racionalidad, el sentido común y la responsabilidad", declaró el presidente venezolano, que un año antes había roto las relaciones con Bogotá a causa de ese tratado. Los documentos del Departamento de Estado revelan, sin embargo, que si alguien impulsó el acuerdo militar fue el propio Santos, entonces ministro de Defensa, como herramienta fundamental para frenar los ardores bélicos del "impredecible" Chávez. Los cables dan cuenta de que Washington rebajó el alcance del tratado y rechazó algunas demandas de Colombia, como la instalación de un sistema de defensa aérea.
"El Gobierno de Colombia considera cada vez más a Venezuela como una amenaza, sobre todo tras las recientes compras de armamento a Rusia, y ve el acuerdo de defensa como un disuasorio ante una posible agresión venezolana", escribe William Brownfield, embajador de EE UU en Bogotá, en un cable del 5 de febrero de 2009. "En varias ocasiones, el ministro Santos ha aludido al puente aéreo de EE UU a Israel durante la guerra del Yom Kipur de 1973, y ha pedido 'garantías' similares del Gobierno estadounidense en caso de un conflicto con Venezuela".
Y es que los diques de contención habían saltado por los aires. Es cierto que las tensiones con Caracas venían de lejos, provocadas por los afanes de Chávez de exportar la revolución bolivariana y sus vínculos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Pero los ordenadores incautados en marzo de 2008 a Raúl Reyes, número dos de la guerrilla, habían destapado un apoyo del Gobierno venezolano a las FARC que superaba todo lo imaginable: desde la entrega de dinero y armas hasta la intermediación para conseguir misiles tierra-aire. Las comprometedoras revelaciones desestabilizaron a Chávez, que movilizó tropas hacia la frontera. Según un cable de la Embajada de EE UU en Caracas, dos altos cargos venezolanos aseguran, en mayo de 2008, que el presidente está "agitado" y "nervioso" y no descartan que intente provocar un incidente fronterizo "para distraer la atención".
No hay comentarios.:
Publicar un comentario