El apoyo del Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) y el del propio Fidel Castro a las reformas deja a los opositores dentro de esa organización política en una posición muy precaria. Raúl Castro parece haber dado un paso decisivo para profundizar la transformación económica de Cuba.
Sin embargo, no hay grandes novedades respecto al rumbo que tomará el país -una economía mixta, planificada, descentralizada y pendiente de las tendencias del mercado- pero es probable que aumente la velocidad y la radicalidad del cambio.
A la par, las medidas sociales impopulares se desarrollarán con más lentitud de lo planeado, de forma gradual y en la medida en que el resto de las reformas avancen y creen condiciones para que se viva sin subvenciones.
A nivel político se establecen barreras para impedir que los dirigentes se perpetúen en el poder, se intenta reactivar al Partido Comunista, institucionalizar el Estado y aumentar el poder municipal. Sin embargo, no habrá espacio para los grupos opositores.
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