Propuso un plan para reducirlo en 4 billones de dólares; incluye recortes en defensa y el fin de deducciones impositivas para los más ricos. En una apuesta política clave para sus aspiraciones, el presidente Barack Obama presentó ayer los lineamientos de un plan para reducir en 4 billones de dólares el galopante déficit fiscal de Estados Unidos, con una propuesta de tinte salomónico que combina recortes de gastos y subas de impuestos a los más ricos, y que busca reducir la carga de la deuda sin descuidar, a la vez, la recuperación de la primera economía mundial.
Ante estudiantes, funcionarios y legisladores que lo escuchaban en la Universidad George Washington, Obama se tomó casi 45 minutos para explicar las raíces del descalabro fiscal, presentar su plan y, sobre todo, resaltar las diferencias -políticas, económicas y filosóficas- con una propuesta alternativa presentada días atrás por los republicanos, recurriendo por momentos a un tono que terminó siendo un anticipo de la retórica que gobernará la campaña para las elecciones presidenciales del año próximo.
El discurso, anunciado por la Casa Blanca el fin de semana pasado, había generado una gran expectativa. Desde hace meses, Washington está enfrascado en discusiones sobre el presupuesto y el déficit, una pelea que estuvo a punto de paralizar al gobierno federal por primera vez en 15 años. Y llegó justo cuando las críticas por la ausencia de un plan de la Casa Blanca para restaurar las finanzas públicas comenzaban a cobrar fuerza.
"Tenemos que vivir dentro de nuestras posibilidades. Tenemos que reducir nuestro déficit, y tenemos que volver a un camino que nos permita reducir nuestra deuda", dijo Obama, al ofrecer el núcleo de su estrategia. Eso, agregó, sin dejar de invertir para crecer y crear empleos.
Entradas
No hay comentarios.:
Publicar un comentario