El presidente de EEUU, Barack Obama, celebró una reunión crucial la pasada semana en la que discutió con sus consejeros tres opciones para acometer la operación contra un complejo de lujo en Pakistán, donde se sospechaba que se encontraba oculto Osama bin Laden.
Las opciones eran bombardear el complejo, esperar a recibir más información que confirmara la identidad del líder de Al Qaeda o atacar como se hizo finalmente.
En una reunión de dos horas en la Casa Blanca, el equipo discutió los pros y los contras de una incursión como la realizad, a cargo de un pequeño grupo de fuerzas de élite, según un funcionario de la Administración, que ha preferido guardar su anonimato.
Los consejeros de Obama estuvieron reunidos el jueves y el presidente tuvo una noche para tomar la decisión, según el citado oficial.
El la mañana de viernes, momentos antes de partir hacia Alabama para visitar las zonas afectadas por los tornados, Obama reveló a un pequeño grupo de asistentes que se había decidido por una incursión inmediata y dio la orden a los militares, añadió el oficial.
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