La líder de la minoría demócrata, Nancy Pelosi, habla con la prensa. | AFP
La Cámara de Representantes de EEUU aprobó por un margen más cómodo de lo esperado el acuerdo para elevar el techo de endeudamiento del país firmado la noche del domingo por el presidente Obama y los líderes republicanos.
Ahora sólo falta que el Senado dé también su visto bueno a la medida para evitar que EEUU caiga en suspensión de pagos la medianoche del martes, algo que los analistas consideran poco menos que un trámite.
La propuesta de ley contó con 269 votos a favor y 161 en contra. La mayoría del grupo parlamentario republicano, un total de 171 legisladores, realizó un voto afirmativo, por 66 se opusieron a la resolución, la mayoría del Tea Party. Los demócratas se dividieron en dos partes iguales, con 95 congresistas pulsando el botón del 'sí', y otros 95 decantándose por el 'no'.
La Casa Blanca se felicitó por la aprobación, pues permitirá posponer cualquier otras discusión sobre el techo de la deuda hasta el 2013. "Ha sido un embrollo. A veces, era un circo... pero al final, el compromiso ha vencido", declaró Jay Carney, el portavoz de Obama.
Incertidumbre y tensión
El día estuvo repleto de suspense, llamadas y reuniones, pues hasta último momento los líderes de la Cámara no pudieron recabar los votos suficientes. Un grupo de activistas fue arrestado en los pasillos del Capitolio al empezar a cantar eslóganes con el líder republicano John Boehner.
Ahora bien, sin duda, el momento más emotivo de la tarde se produjo cuando Gabrielle Giffords, la congresista de Arizona que estuvo a punto de perder la vida en una atentado en enero, volvió por primera vez al hemiciclo para depositar su voto afirmativo entre los aplausos de sus colegas.
Antes de someter la propuesta a votación, se celebró en el hemiciclo un debate de aproximadamente una hora de duración en el que intervino la líder de la minoría demócrata, Nancy Pelosi para defender la propuesta. "Por favor, por favor, por favor, dejad de dudar para evitar las consecuencias colaterales [de suspender pagos]", suplicó a sus correligionarios Pelosi, que hasta el lunes por la tarde no anunció públicamente su posición.
Esfuerzos de los líderes de los partidos
Pelosi sólo fue capaz de atraer al 'sí' a la mitad del grupo parlamentario demócrata. "Esta podría ser la pieza de política pública peor que nunca ha salido de esta institución", declaró Maxine Waters, congresista afroamericana de California, y una de las más progresistas de la Cámara.
En una rueda de prensa, el republicano John Boehner, presidente de la Cámara de Representantes y una pieza fundamental en las negociaciones, también intentó convencer a sus compañeros de partido de la necesidad de respaldar la medida, por amarga que fuera la experiencia.
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