Yemen, Argelia y Siria deberán prestar atención a lo que ocurre en Libia. Y también Israel.
MUERTE. LOS MEDICOS FRENTE AL CUERPO DE UN MANIFESTANTE PRO KADAFI ASESINADO EN LA CIUDAD DE ZAWIYA.
Tensión en el mundo árabe, Libia, Muammar Kadafi Aparte del rostro de los rebeldes libios y de los de alguna fracción de sus aliados, no debe existir una sola sonrisa en las jerarquías del poder árabe y aledaños por la actual escalada contra el tirano de Trípoli. Si la historia es la que ya parece estar definiéndose en ese páramo penoso del norte africano, su resultado tendrá un efecto expansivo imprevisible en toda la región .
El último capítulo de la guerra libia de casi seis meses, llega en un momento de aplanadora en estos países. Después de la ilusión republicana y renovadora con la que la constelación árabe inició el año, hoy casi todo el movimiento está detenido. Los dos países donde las tiranías fueron arrasadas, Túnez y Egipto, han sido tomadas por un enmarañado proceso gatopardista que busca secuestrar aquella vibrante gesta libertaria en particular, los cambios en la asignación de los dineros públicos y en la forma, por lo tanto, que se estructura la cuestión política.
Y en el resto, las rebeliones fueron ahogadas o congeladas por la fatiga y el asesinato de sus activistas. Solo perdura el río de sangre de Siria.
La caída de Kadafi, al final de una guerra desesperante, movilizará por lo tanto otra vez esas energías y ahí se monta lo imprevisible de la ecuación. No casualmente este proceso vuelve a acelerarse cuando la crisis económica global ata aún más las manos de las potencias occidentales.
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