Los mercados de valores parecen no poder decidirse. Día tras día, las acciones sufren grandes oscilaciones de cientos de puntos. La semana pasada cayeron 3% en los primeros 90 minutos de actividad de la mañana del martes; después, el miércoles cerraron casi 3% arriba y cayeron cerca de 3% el viernes. Todo esto tras un inusual ciclo de subas y bajas del 4% en agosto.
Ahora los operadores inician la semana con nuevas preocupaciones sobre la posibilidad de que Grecia entre en default y produzca un caos que haga estragos en los bancos europeos. Toda esta ansiedad ha instado a los expertos a preguntar si hay nuevas fuerzas en el mercado que hacen que la actividad sea cada vez más errática.
De hecho, los grandes movimientos de precios son más comunes de lo que solían ser. Se ha vuelto más probable que los precios de los valores tengan grandes oscilaciones (del orden del 3 o el 4%) que en cualquier otro momento de la historia reciente del mercado, según un análisis realizado por The New York Times de los cambios en el índice Standard & Poor's desde 1962.
Algunos expertos consideran que la volatilidad es un problema porque puede ahuyentar a los inversores de los mercados, hacer que las empresas se muestren más reticentes a salir al mercado público y socavar la confianza en la economía, lo que genera más caídas en las acciones.
Pero otro punto de vista es que está bien que las acciones sean volátiles ahora porque hay mucha incertidumbre sobre la dirección que tomará el mercado, y los inversores astutos pueden beneficiarse con las grandes oscilaciones o simplemente dejarlas de lado hasta que el mercado encuentre un equilibrio.
"No es ni malo ni bueno", dijo Michael Schmanske, director de Barclays Capital. "Presenta una gran oportunidad, pero también un gran peligro", añadió.
Entonces, ¿qué está causando este cambio? Es difícil determinarlo con certeza, pero los analistas apuntan a nuevos tipos de actividad computarizada más eficientes y a la extraordinaria agitación económica global, desde las protestas por un segundo salvataje de Grecia hasta la disminución de la calificación de la deuda norteamericana.
También es posible que las acciones simplemente se muevan más rápido hoy debido al paso más veloz de las noticias y de la actividad de las bolsas, por lo que las subas y bajas de los precios que antes demoraban días en propagarse ahora se condensan en pocas horas.
Algunos economistas temen que la volatilidad pueda autoalimentarse. Las violentas subas y bajas, dijo Robert Shiller, profesor de economía de Yale, pueden a su vez socavar la confianza en la economía, y esa debilidad puede conducir a políticas más estridentes. y todo eso alimenta el círculo vicioso de la volatilidad.
"No se entiende bien por qué tenemos estos estallidos de volatilidad", dijo Shiller. "Parece que en estos extraños períodos de mala actividad económica tenemos volatilidad en los mercados y en el escenario político. Eso me preocupa."
Los reguladores de la Securities and Exchange Commission (SEC) han estado observando los cambios en los mercados y las estrategias de actividad automatizada en conexión con la volatilidad. El mercado ya no se basa en un solo mecanismo, sino que está fracturado en cuatro grandes mecanismos y varios foros más pequeños. Los corredores de alta frecuencia, que emplean poderosas computadoras para moverse a una velocidad excepcionalmente elevada, ahora son responsables de más del 60% del movimiento diario.
Y en la última década, los fondos negociados en bolsa se han convertido en un factor importante de la actividad, ya que cientos de miles de millones de dólares fueron invertidos en ellos. Esos fondos (como los fondos de inversión, pero negociados a diario) atan sus valores a índices o paquetes de acciones y no a empresas individuales.
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