Pero la fiscalía le ha inculpado de haber demorado la llamada a los servicios de emergencia y de ocultarles a estos y a la policía que le había inyectado al Rey del Pop el sedante intravenoso Propofol, que según los estudios forenses le causó un paro cardiaco y la muerte. El fiscal David Walgren aseguró que intentará demostrar que, entre las 10.20 y las once de la mañana del 25 de junio de 2009, hora de California, Murray le inyectó a Jackson Propofol, un poderoso sedante usado normalmente para dejar inconscientes a los pacientes a los que se somete a operaciones quirúrgicas y que el cantante usaba como somnífero.
Al comprobar que Jackson no respiraba, el médico no llamó a urgencias inmediatamente. Primero trató de reanimarlo y llamó al personal de seguridad del cantante. El guardia Alberto Álvarez acudió a la casa desde una caseta de seguridad en el jardín y vio a Murray tratando de reanimar al cantante. El doctor le ordenó que recogiera sus utensilios médicos y, solo después de que cumpliera sus órdenes, le mandó llamar al teléfono de emergencias. La fiscalía argumentará que el hecho de que demorara la llamada hasta 21 minutos es un signo de su culpabilidad, agravado por el hecho de que no les dijera a los enfermeros que llegaron a la casa que le había inyectado Propofol al cantante instantes antes.
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