De poco parecen haber servido los aplazamientos que ha sufrido la cumbre de líderes europeos, que en un principio estaba prevista para el 17 de octubre, después se retrasó al día 23 y finalmente se desdobló emplazando a los líderes a una nueva reunión hoy. El tiempo no ha logrado diluir las diferencias existentes entre Sarkozy y Merkel.
El ministro francés de Exteriores, Alain Juppé, reconoció hoy que "la crisis es grave" en Europa, pero se mostró convencido, a la vista de los progresos de los últimos días, de que se va a lograr un acuerdo aunque esté siendo "laborioso".
"Lo más importante es que nos pongamos de acuerdo" y "vamos a lograrlo", afirmó en una entrevista a la emisora de radio "France Inter" Juppé, que quitó hierro a las disensiones entre su país y Alemania, y a las informaciones en la prensa francesa de que Berlín está imponiendo sus posiciones en la negociación.
La tensión en máxima en la zona euro porque se ha dejado para última hora decisiones trascendentales para el futuro de la región: la ampliación del fondo de rescate para frenar el contagio a países como Italia y España, la recapitalización de la banca o cuál debe ser la quita para aliviar las finanzas griegas. Lo más grave es que ya se habla de que, ante la falta de acuerdo, podría haber tan sólo un anuncio de líneas generales pero sin mucha concreción.
Aumentan los rumores de un acuerdo 'light'
Fuentes comunitarias informaron ayer a Reuters de que el nivel de detalle hoy puede ser menor de lo esperado. Según aseguran, probablemente no se sabrá el tamaño exacto de la quita, ni el del nuevo fondo de rescate ni la de la recapitalización a la banca.
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