La presidenta Cristina Kirchner retoma esta semana la actividad, luego de 24 días de licencia por la operación de tiroides a la que fue sometida. No hay actividad oficial diagramada en la agenda presidencial para esta semana. La jefa del Estado volverá pasado mañana a aparecer públicamente y se espera que haya un acto con todo el cotillón kirchnerista en la Casa Rosada. Pero más allá de los festejos, las fotos y la actividad inicial que oficialmente habrá, hay por lo menos diez temas centrales que deberá resolver en lo inmediato el Gobierno:
1-Los salarios. Desde los primeros días de febrero comienza el debate por el aumento de salarios y actualización de las paritarias que exigirán los gremios. En la Casa Rosada están buscando todas las herramientas necesarias para cercar a Hugo Moyano en esta pulseada. No será nada fácil.
2-La causa de Malvinas. Cristina Kirchner buscará potenciar su discurso contra Gran Bretaña para debatir la soberanía de las islas Malvinas. En el Gobierno avanzarán en el plan para asfixiar económicamente a los malvinenses, aunque no lo digan con esas letras. Buscarán cancelar los vuelos que van de Chile a las Malvinas. La presión del primer ministro británico David Cameron será mayor en la región. Por lo pronto hoy marcharán los piqueteros kirchneristas del Movimiento Evita a protestas a la embajada británica en Buenos Aires.
3-Deuda a Estados Unidos. En plan de mejorar las relaciones con Estados Unidos se presenta para la Presidenta un gran nubarrón este mes, que es la definición del tribunal del Ciadi de reclamar el pago a la Argentina por las deudas que tiene con empresas norteamericanas. Ya hay señales desde Washington de que Barak Obama no será flexible con este tema.
4-Los subsidios. La Casa Rosada enfrenta el mes que viene y en marzo la reacción de los argentinos por el recorte de subsidos. Habrá que ver cómo actúa Cristina Kirchner ante el malhumor social que se espera cuando lleguen las cuentas de luz, gas y agua con aumentos siderales.
5-Enojo de Brasil. Cristina Kirchner deberá dialogar con su par de Brasil Dilma Rousseff por las trabas a la importación que impuso Guillermo Moreno y que tanto malestar causaron en la industria paolista y en el propio gobierno brasileño.
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