"Mejor sobrevivir que estirar la pata". El primer ministro italiano, Mario Monti, que se encuentra en viaje a Corea del Sur, ha advertido y amenazado esta madrugada, usando una célebre frase del político considerado eterno, Giulio Andreotti, para referirse a las dificultades que está encontrando la reforma laboral, que está en manos del Parlamento. "Si a través de sus fuerzas sociales y políticas el país no está listo para lo que consideramos un buen trabajo, no pediremos ciertamente continuar", ha dicho, puntualizando que su gabinete no es partidario de sobrevivir ni de estirar la pata. "Soy Monti, no Andreotti", titulan esta mañana muchos diarios.
El presidente surcoreano, Myung-bak, y el primer ministro italiano, Mario Monti, en Seúl. YONHAP | REUTERS
El Gbierno está pidiendo a los partidos y sindicatos italianos que entren en la lógica dominante de la actual economía mundial, aceptando una mayor flexibilidad a la hora de despedir. A cambio ofrece garantizar con un seguro de desempleo a los jóvenes, que ahora no cuentan con nada y también a los veteranos con más de 55 años, que tampoco tienen nada, introduciendo un seguro de paro para ellos de 18 meses.
Desde el pasado noviembre cuando fue nombrado, el Gobierno tecnocrático formado por economistas y profesores de materias económicas y laborales ha aprobado varias y drásticas medidas para frenar la especulación sobre la deuda soberana y asegurar el futuro próximo a través de unas reformas, algunas también drásticas, que según los economistas el país necesita. La reforma del mercado del trabajo es, después de la de las pensiones, la segunda más importante y se encuentra en manos del parlamento en forma de proyecto de ley. Italia es también el único país de la Unión donde no han cambiado las leyes laborales desde que comenzó la crisis.
Subsidio
En Italia existe solo una forma de paro (cassa integrazione), gracias a la que pasan por un tiempo a cargo del Estado y vale para las empresas por encima de los 15 obreros. La medida afecta actualmente a unos cuatro millones de personas, mientras que el seguro de paro que frece el ejecutivo abarcaría a 12 millones y no sería totalmente a cargo del Estado. Además, a través de la supresión de varios convenios atípicos y la subida de los impuestos para los contratos interinos, la reforma apunta a asegurar mejores puestos de trabajo para los jóvenes. "Más flexibilidad de salida (despido) y menos en la contratación", explica Elsa Fornero, ministra de Trabajo.
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