Todos los días aparecen nuevas resoluciones que ponen trabas a la compra de dólares.Ayer
fueron los vinculados a la ampliación del plazo de liquidación de las
divisas por parte de los exportadores, a la compra de dólares por viajes
al exterior o por créditos hipotecarios. Y no son las últimas medidas
: el Gobierno tiene que buscar tapar todos los orificios por donde se
filtran los dólares del sistema. Se asignó una tarea imposible dada la magnitud de los pagos de la deuda que vencen este año, el creciente déficit fiscal de la Nación y las Provincias y el cuadro internacional crítico.
A eso se agregan las consecuencias de estas medidas sobre la marcha de la economía porque muchas operaciones y actividades quedaron trabadas por la falta de divisas
o de insumos o porque no existen precios de referencia válidos por la
incertidumbre en torno al tipo de cambio. Y agravaron la potencial fuga
de capitales por el goteo de los depósitos en moneda extranjera y porque
el Gobierno transformó al dólar en una “mercadería” más que apetecible.
Así las cosas, ahora el peligro es que la desaceleración económica se transforme en recesión y que la inflación pegue otro salto.
Y que eso agrave la crisis fiscal, el empleo y la pérdida de
competitividad de las exportaciones, restringiendo la oferta de dólares.
En ese caso, el Gobierno debería aplicar nuevas restricciones en un
contexto internacional muy crítico por la menor demanda internacional y
la depreciación del euro y del real.
Aunque la Presidenta aseguró
que no habrá “shock” ni hará “nada raro” y que el “dólar paralelo” es
solo marginal, lo real es que está aplicando medidas para nada normales -admitiendo la gravedad del momento económico- que no lo eximen de adoptar otras más severas o “raras”.
Finalmente,
el Gobierno se metió en un callejón sin retorno porque como admitió el
senador Aníbal Fernández “liberar la compra de dólares sería suicida”.
Sin
embargo, de ahí no se deduce que lo contrario, los controles y las
restricciones sean medidas acertadas o que eviten superar la crisis de
divisas.
Fuente: Diario Clarín de Buenos Aires
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