El segundo terremoto que sacudió a Italia en poco más de una semana provocó una ola de destrucción en una de las regiones más ricas y productivas del país y le dio un nuevo dolor de cabeza a una economía que ya se encuentra en una profunda recesión. Emilia-Romaña, la región afectada, alberga a algunas de las marcas más conocidas de Italia, incluyendo al mayor productor mundial de pasta, Barilla; al fabricante de autos Ferrari, y a la fábrica de motos Ducati. También es el hogar de algunas de las tierras agrícolas más productivas del país y produce valiosas exportaciones de alimentos, incluyendo jamón serrano y queso parmesano.
De las 20 regiones de Italia, Emilia-Romaña ocupa el cuarto lugar en PBI, que era de más de 168.000 millones de dólares en 2009, según el último dato de la oficina de estadísticas de la Unión Europea. Su importancia fue subrayada por el primer ministro Mario Monti, que prometió una rápida ayuda. "El Estado hará todo lo posible, tan rápido como pueda, para garantizar la vuelta a la normalidad en una región tan especial, tan importante, tan productiva para Italia", declaró el premier.
Desempleo Los sismos son otro revés para una economía ya atribulada por un creciente desempleo, una severa recesión y el peso de las duras medidas de austeridad que adoptó Monti para impedir una cesación de pagos al estilo griego. La economía italiana fue la de menor crecimiento de la Unión Europea durante una década y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) advirtió la semana pasada que sus perspectivas de crecimiento hasta 2017 eran las peores entre los países más desarrollados.
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