Según las últimas siete encuestas, Hollande mantiene una ventaja de entre cinco y siete puntos
Nicolas Sarkozy remonta poco a poco en los sondeos, pero François Hollande
aguanta el tirón y a 48 horas de que empiecen las votaciones, el
domingo, mantiene una ventaja clara, de entre cinco y siete puntos. El
socialista sigue siendo el favorito unánime en todas las encuestas,
aunque algunas de ellas registran las diferencias más estrechas de las
últimas semanas, dando al socialista entre el 52,5% y el 53,5% de la
intención de voto. Sarkozy ha vuelto a decir este viernes que el
resultado será muy ajustado, y Hollande ha llamado a los suyos a
movilizarse para una victoria rotunda.
El presidente también ha vuelto a esgrimir, en una entrevista
radiofónica en Europe 1, la mala situación de España contra su
adversario socialista y en respaldo a su política de reformas: "Pienso
que ni un solo francés tiene ganas de que Francia se encuentre en la
misma situación que España hoy, después de siete años de Gobierno
socialista", ha dicho para añadir: "Mirad a España, ¿queréis esa
situación? La cuestión no es meter miedo, la cuestión es mirar al otro
lado de nuestra frontera. España ha abandonado su disciplina, España no
ha hecho las reformas que tenía que hacer, España ha contratado
funcionarios. ¿Quién paga [esto] en España? 375.000 parados más en los
últimos dos meses".
La recta final se presenta apasionante. Los politólogos señalan que
hay un 15% de indecisos, sobre todo entre los votantes de Marine Le Pen y
François Bayrou. El prestigioso Pascal Perrineau, director del centro
de investigaciones políticas de Sciences Po, ha estimado este viernes en
una entrevista a France Info que "las líneas todavía se pueden mover, y
no cabe descartar algunos elementos de sorpresa".
Los últimos siete sondeos, publicados entre el jueves y el viernes,
son sin embargo favorables a Hollande, y los que se han conocido el
viernes coinciden en señalar que los franceses creen que el socialista
se impuso en el cara a cara televisado
a Sarkozy, lo que unido a la inesperada declaración de voto de Bayrou a
favor de Hollande parece conceder poco margen de mejora al presidente.
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