Coches en llamas, cuerpos quemados y marañas de hierros. Así ha amanecido Damasco después de que dos fuertes explosiones golpearan el sur de la capital siria. Los atentados se produjeron frente a un complejo militar, a primera hora de la mañana, justo cuando los funcionarios se dirigían a sus puestos de trabajo y los estudiantes al colegio.La televisión oficial siria cifró en al menos 40 las víctimas mortales y en 170 los heridos.
La mayoría de las víctimas son civiles, según la misma fuente. Se trata de los ataques con un mayor número de víctimas mortales en Damasco desde el inicio de la revuelta siria hace un poco más de un año. El Gobierno culpó a los “terroristas” de los ataques, el término con el que habitualmente se refiere a los rebeldes y opositores al régimen. En las imágenes que llegaban por la mañana de Damasco se podía ver a los servicios de emergencia sacando víctimas de entre los restos incendiados y los escombros. Se veían también decenas de cuerpos tirados por el suelo, medio desnudos, todo tipo de vehículos en llamas y sendas columnas de humo presidiendo el cielo de Damasco.
Un gran cráter horadado en medio de una carretera daba una idea de la potencia de los artefactos explosivos utilizados en los atentados. La agencia oficial de noticias Sana publicó fotos terribles de restos de cuerpos sin vida. Tras la primera explosión, una multitud corrió al lugar del atentado para socorrer a los heridos y ver qué había sucedido. Fue entonces cuando el segundo artefacto, mucho más potente, explosionó, según relató un periodista local a la cadena británica BBC.
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