El gobierno de Cristina Kirchner logrará que el Fondo Monetario Internacional (FMI) "le saque la tarjeta roja" si dentro de tres meses no "hace progresos" en su prometida corrección de los indicadores con los que actualmente mide la inflación y el crecimiento económico del país, cuya credibilidad es crecientemente puesta en duda. "Ya tiene una tarjeta amarilla. Ahora le toca elegir si también quiere la roja", fue la lapidaria expresión de la jefa del FMI, Christine Lagarde, en rueda de prensa en esta ciudad.
Sus declaraciones son una ratificación de la creciente impaciencia que existe en el organismo ante los recurrentes incumplimientos de la Casa Rosada sobre las cuestionadas estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Confirman, además, la posibilidad cierta de que la Argentina enfrente en diciembre una "moción de censura" del organismo y se encamine así a convertirse en el primer país que recibe una sanción del FMI por la dudosa calidad de los datos estadísticos que ofrece.
Es la primera vez que la jefa del Fondo se expresa en términos tan categóricos sobre lo que podría depararle a la Argentina. Hace ya más de tres años que el organismo viene poniendo en duda la veracidad de los datos oficiales, sobre todo en lo que refiere a la inflación.
En los hechos, las afirmaciones de Lagarde coincidieron con la presencia en este país de la presidenta Cristina Kirchner, en una gira que empezó en Nueva York, pero que mañana la traerá a esta ciudad.
"No tenemos noticia de que vaya a haber ningún contacto entre partes", dijeron a LA NACION voceros del Fondo. Hace un año, en ocasión de la habitual visita que para esta época realiza la Presidenta a este país, la Casa Rosada admitió la intención de un encuentro entre ambas mujeres. Nada de eso parece estar en danza ahora.
Sí, en cambio, se esperaba que en estos días Cristina Kirchner recibiera un "escenario preciso" sobre la situación del país en el Fondo, según se indicó a LA NACION.
Los dichos de Lagarde se suman a la dura declaración que el FMI emitió hace hoy una semana, en la que, por primera vez, admitió la posibilidad de "iniciar pasos adicionales" hacia una sanción si el país no progresa en sus prometidas mejoras.
Fue al término de un encuentro a puertas cerradas en el que el directorio del organismo evaluó un crítico informe interno sobre la "falta de progreso suficiente" en los dos años transcurridos desde que el país asumió un compromiso de elaborar un nuevo indicador de precios, acorde con "estándares internacionales".
En un proceso que se negoció contra reloj, la Argentina obtuvo entonces una nueva prórroga por tres meses, hasta el 17 de diciembre próximo, antes de que se adopten "pasos adicionales".
"Si para entonces no hay progresos, sacaremos la tarjeta roja", dijo ayer Lagarde, al contestar, en rueda de prensa, sobre lo que pasaría si, en ese caso, la Argentina vuelve a incumplir.
"La tarjeta amarilla ya la tiene", dijo la directiva, al valerse de una alegoría de las sanciones que habitualmente se aplican en el fútbol, "algo en lo que los argentinos son muy buenos", subrayó.
Sus conocimientos en la materia necesitaron, sin embargo, de alguna precisión posterior.
Fuentes del Fondo aseguraron a LA NACION que si bien en el fútbol la tarjeta roja significa la expulsión ése "no es el caso" en la Argentina.
"Lo que quiso decir la directora es que, si no hay progresos, habrá moción de censura", explicaron.
La figura, prevista en el artículo 8° del reglamento del Fondo, constituye el primer escalón en un largo recorrido de instancias que, luego de varios procesos, podría llevar a la expulsión. Nadie, ni Lagarde, hablaba de eso ayer. "Yo estoy muy confiada en la reacción de las autoridades argentinas y creo que hay buenas señales de una intención de trabajar en cooperación", matizó la funcionaria.
La confianza no quitó, sin embargo, un gramo de rigor en su advertencia. "Queremos trabajar juntos. [En diciembre] estaremos del otro lado de la mesa. Espero que podamos evitar la tarjeta roja. Pero si los datos no son los adecuados y no son los que corresponden con los estándares esperados, habrá tarjeta roja. Porque todos los jugadores son iguales y eso incluye a los argentinos, al margen de lo buenos que sean en el fútbol", afirmo.
Lagarde fue la oradora en un plenario organizado por el Instituto Peterson, de política económica, en esta ciudad.
Por pedido del Gobierno, el FMI mantiene una asistencia técnica de cooperación con el Indec para generar un nuevo índice de precios al consumidor a nivel nacional, que reemplace el que se dejó de hacer en 2008, cuando aparecieron fuertes discrepancias entre los datos del Indec y los de las provincias, que persisten hasta ahora.
CRISTINA DESTACÓ LOS "AVANCES"
NUEVA YORK (De un enviado especial).- La presidenta Cristina Kirchner analizó ayer aquí las declaraciones de la directora del FMI, Christine Lagarde, y ordenó destacar ante la prensa sus comentarios sobre "avances" logrados en las últimas semanas para avanzar en un acuerdo. Así lo decidió luego de reunirse en el hotel Mandarín con su canciller Héctor Timerman y el secretario legal y técnico, Carlos Zannini.
"Hubo dos partes en las declaraciones de Lagarde: una en la que habló de la tarjeta roja, otra en donde señala que hubo avances. Esto la prensa no lo destaca", dijo a LA NACION una alta fuente de la comitiva. El embajador Jorge Argüello comentó luego: "Estamos en un proceso de conversaciones positivas, como lo remarcó Lagarde"..
DEL EDITOR: por qué es importante. Si finalmente el Gobierno es sancionado, su margen para conseguir inversiones extranjeros se achicará considerablemente.
Fuente. DIARIO LA NACIÓN DE BUENOS AIRES
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