El discurso de Barack Obama de la convención de 2008 fue el mejor recibido en un cónclave de este tipo en al menos dos décadas. Para el 58% de los estadounidenses fue "excelente" o "bueno", el mejor resultado desde que Gallup empezó a hacer esta pregunta en 1996. Pero con más cargas que hace cuatro años, hasta el presidente reconoce que le costará más convencer a los suyos en la reunión que empieza este martes en Charlotte, Carolina del Norte.
"Obviamente hemos pasado por cuatro años que han sido muy duros", dice Obama en una entrevista que el 'USA Today' publica este martes. "Lo que hace que estas elecciones estén tan ajustadas es que la economía todavía está mal para mucha gente. Cuando presentas mis ideas y las ideas de Mitt Romney a la gente y les preguntas qué ideas son mejores, ganan las mías. Pero la gente también mira a la realidad de la cifra de paro, todavía por encima del 8%, y eso hace que estén preocupados", reconoce el presidente.
Dice que aún no ha terminado de escribir su discurso del jueves, pero que habrá pocos detalles personales y más explicaciones sobre qué puede ser el futuro. "Los americanos me conocen mucho más ahora. Conocen mis puntos fuertes. Y estoy seguro de que conocen mis puntos débiles. Y si no, el otro lado estará encantado de recordárselos", cuenta Obama, que dice querer "una conversación" con sus votantes y contrastar sus ideas con las de su rival. Coincide con Romney en que los votantes tienen ante sí en noviembre "dos visiones fundamentalmente diferentes del futuro".
De entrada, Michelle Obama
Este martes la celebración se estrena con Michelle Obama en el podio y un prometedor hispano, Julián Castro, alcalde de San Antonio y con aspiraciones a la Casa Blanca. Bill Clinton hará el miércoles de maestro de ceremonias para dar paso al nombramiento oficial de Obama como candidato. Y el presidente hablará este jueves en un estadio de fútbol americano (si las tormentas previstas para entonces lo permiten).
La tarea más difícil en el podio será para el presidente. "Obama debe trazar un escenario plausible sobre por qué será todo mejor. El Congreso estará dividido. Tiene que describir qué puede hacer. ¿Lo ha logrado? Por ahora no", asegura Charlie Cook, analista del 'National Journal'.
Con 13 millones de parados a sus espaldas (dos millones más que cuando tomó posesión en enero de 2009), a Obama no le vale con hacer más promesas. Movilizar a los demócratas requiere recurrir también al voto del miedo.
La convención republicana de la semana pasada ofreció, según él, "una agenda que probablemente encajaba mejor en el siglo pasado" y en "una televisión en blanco y negro".
El 'fantasma' Bush
El demócrata asegura que si gana Romney, las industrias se quedarán sin subvenciones, los empleos se irán a China, los ancianos tendrán que pagar más por los cuidados médicos y sólo pagarán menos impuestos quienes ganan más. También utiliza el fantasma de los ocho años de Administración Bush: "Ya lo habéis intentado, habéis visto lo que pasaba, lo habéis vivido... No funcionó entonces, no va a funcionar ahora", dijo Obama en un mitin el sábado.
En unas elecciones donde el número de indecisos ronda el 5%, la clave estará en la participación y Obama tiene problemas para animar a los suyos. Según Gallup, sólo el 39% de los demócratas dice estar "más entusiasmado" por participar en las elecciones que otros años. En 2008, era el 61%. En cambio, los republicanos tienen muchas más ganas de acudir a las urnas: el 51% contra el 35% de hace cuatro años.
También quienes apoyan al demócrata han rebajado sus expectativas. Un sondeo del 'Wall Street Journal' indica que sólo el 37% cree que Obama traerá "el cambio necesario" en su segundo mandato.
Obama, el simpático
Hasta en Chicago, sus vecinos no reconocen a su antiguo ídolo. "Bush era mucho peor. Pero Obama no lo ha hecho bien. El candidato Obama y el presidente Obama son como Jekyll y Hyde", dice a este diario Mark Jansen, biólogo jubilado y que ha protestado con los 'indignados' de Chicago en el mismo parque donde el presidente dio su discurso de la victoria en noviembre de 2008.
La falta de animación también se ha notado en las cuentas. En los últimos tres meses, Romney ha conseguido más dinero que Obama y, sobre todo, sus grupos afines. Según los últimos datos disponibles, de julio, los republicanos lograron recaudar 101 millones de dólares (unos 80 millones de euros), un cuarto más que los demócratas.
Su única ventaja clara es que, pese al empate de las encuestas, el presidente aún despierta más simpatía entre los votantes. El demócrata, sin embargo, niega la supuesta frialdad de Romney. En la entrevista al 'USA Today', Obama dice: "He visto a su mujer y a su familia y parecen muy buenas personas. El problema no es que la gente crea que es un mal tipo".
Fuente. DIARIO EL MUNDO DE ESPAÑA
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