jueves, septiembre 27, 2012

Recesión en Alemania, depresión en España


Ayer se publicó el Ifo en Alemania que es el mejor indicador adelantado de ciclo. Las expectativas de los empresarios germanos se han desplomado en los últimos meses hasta niveles de principios de 2009 y anticipan una intensa recesión en Alemania.
Nuestra querida España es una economía sometida a restricción de financiación externa. En esta situación es necesario que tengamos un superávit de balanza por cuenta corriente con el fin de estabilizar nuestra deuda externa y comenzar un proceso de desendeudamiento que llevará varios años. El problema es que nuestros socios también están en recesión y nuestras exportaciones, sobre todo de coches, están en caída libre. Para colmo, el petróleo está próximo a 100$ lo cual encarece nuestras exportaciones.
Esto obliga a hacer todo el ajuste vía importaciones y para ello se tiene que desplomar el consumo y la inversión interna, con el consiguiente aumento de la tasa de paro. En los países con tipo de cambio propio, la devaluación ayuda a hacer este proceso. Noostros lo tenemos que hacer vía aumento de la productividad y caída de salarios lo cual hunde más el empleo y el consumo. España cumple fielmente las condiciones necesarias para padecer lo que la literatura económica denomina “un frenazo brusco”. Era una patología muy frecuente en países emergentes que ahora sufrimos países desarrollados. También la podemos denominar depresión.
Lo normal es que en Europa se cambiase el sesgo de la política fiscal de contractivo al menos hasta neutral y eso implica que Alemania, el único país grande con margen fiscal, apruebe estímulos fiscales. Además la propuesta de Bruegel de retrasar un año el cumplimiento del 3% de déficit de todos los países ayudaría a frenar la depresión en un tercio de la Eurozona y a eliminar el estigma en los mercados. Reino Unido como ya anticipó este economista observador no cumplirá sus objetivos déficit al entrar en recesión y sus bonos siguen con tipos de interés inferiores al 2%. Vale ya de milongas sobre los malvados mercados. Los inversores no quieren que hagamos ajuste fiscal, lo único que quieren es que les devolvamos las deudas. Si el ajuste te mete en depresión, entonces se asustan mucho más y huyen en estampida como ha sucedido en España y en Italia desde el pasado verano.
En Alemania se plantea el debate sobre la austeridad en términos de solidaridad con los países del sur, pero se trata de solidaridad con los desempleados germanos que aumentarán el próximo año. Lo único positivo de este proceso perverso que tanto sufrimiento está generando a millones de europeos es que nos libraremos de Merkel de por vida ya que perderá las elecciones. El BCE debería implementar una política cuantitativa más agresiva como la Fed pero para comprar bonos exige más austeridad fiscal. Y además, hay que reestructurar deudas que no se pueden pagar. El FMI lo ha hecho en muchas crisis de emergentes y es cuestión de hacerlo ahora sin complejos en países desarrollados.
Las ideas son libres pero los hechos son únicos. Nuestra producción de automóviles cae un 22% y las pernoctaciones turísticas en hoteles durante el verano caen un 10% y anticipan un desplome del consumo masIVA. Lo peor para este economista observador es tener que aguantar cada día la moralina alemana de Merkel y sus colegas diciéndonos que la austeridad es la virtud y que no somos lo suficientemente disciplinados como fueron ellos en el año 2000.
Ellos tenían un mundo en máximo crecimiento desde los años sesenta, el petróleo a 30$ y los países del sur de Europa endeudándose y comprando sus coches compulsivamente. En nuestra situación le digo a los alemanes lo mismo que dijo el actor Fernando Fernán Gómez “a la mierda”

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