Tras un largo fin de semana de negociaciones, el Eurogrupo aprobó a las 2:30 de la madrugada del lunes la segunda versión del rescate de Chipre, después del fracaso del plan aprobado hace ocho días. El nuevo acuerdo suprime el impuesto a los depósitos bancarios que pretendía recaudar 5.800 millones de euros. Y lo sustituye por la liquidación del Banco Popular (Laiki) que reportará unos 4.200 millones de euros, y la imposición de pérdidas a los accionistas y depósitos de más de 100.000 euros del Banco de Chipre.
Los detalles de ambas operaciones se concretarán en las próximas semanas. Pero suponen la claudicación del presidente de Chipre, Nicos Anastasiades, que se había resistido a sacrificar una buena parte del sector financiero de la isla. El presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, aseguró al término de la reunión que las condiciones pactadas esta madrugada "ya habían estado sobre la mesa pero no fue posible llegar a un acuerdo", en clara alusión a la resistencia de Nicosia. El deterioro de la banca chipriota durante la última semana ha obligado a Anastasiades a rendirse.
El nuevo acuerdo excluye expresamente a los depósitos garantizados, e impone severas pérdidas, aun por concretar, a los depósitos de más de 100.000 euros, y pérdidas prácticamente totales a accionistas y bonistas del Popular y, en menor medida, del Banco de Chipre.
Según el acuerdo, el banco Laiki (el segundo mayor del país) será liquidado “inmediatamente” con la “plena contribución de accionistas, tenedores de bonos (júnior y sénior) y depositantes no asegurados” por encima de 100.000 euros, mediante la ley de resolución bancaria aprobada por el Parlamento chipriota el viernes. Dijsselbloem precisó que Laiki será dividido en un banco bueno y en uno malo, el cual será liquidado en un futuro.
El banco bueno será incorporado al Banco de Chipre y asumirá los 9.000 millones de euros que tenía Laiki a través de la Asistencia de Liquidez de Emergencia“(ELA por sus siglas en inglés) del BCE. Los depósitos no garantizados “permanecerán congelados hasta que se haya efectuado la recapitalización” y serán después sometidos una quita apropiada.
El BCE proveerá liquidez al Banco de Chipre “en línea con las normas aplicables” y la mayor entidad del país mediterráneo se reducirá y recapitalizará a través de la conversión de depósitos o acciones de depósitos no asegurados, con la plena contribución de accionistas y tenedores de bonos.
El vicepresidente de la CE y responsable de Asuntos Económicos, Olli Rehn, se refirió a que por primera vez desde el inicio de la crisis se impondrá quitas a la deuda sénior, al recalcar que solo se aplicará al Laiki y “se trata de una parte muy pequeña”,de manera que no es un cambio de doctrina” de la eurozona. Rehn añadió que el acuerdo era “absolutamente esencial”, pues permitirá reconstruir la economía chipriota, y aseguró que Bruselas hará “todo para aliviar las consecuencias sociales del programa y proteger a los más vulnerables” de este “choque económico” que sufrirá el país con el rescate.
La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, indicó que se finalizarán ahora los detalles del rescate, y que recomendará “en las próximas semanas, al consejo de la institución contribuir al programa”.
La eurozona, además, todavía espera que Rusia aporte su parte, especialmente alargando los plazos del préstamo de 2.500 millones que dio a Chipre, según el presidente del Eurogrupo.
Controles de capitales
La incertidumbre, sin embargo, no se despeja. Y hoy lunes (fiesta en Chipre por su Día de la Independencia, la troika (CE, BCE y FMI) y las autoridades chipriotas prepararán el establecimiento de controles de capital para evitar la huida de unos depósitos que suman 68.000 millones de euros.
La Comisión recordó ayer que el Tratado de la UE y la jurisprudencia del Tribunal europeo permite limitar la libre circulación de capitales en casos excepcionales. Bruselas, añadió el comisario euroepo de Economía, Olli Rehn, vigilará para que esos controles sean "temporales y proporcionados". Pero el presidente del Eurogrupo admitió que no se puede prever su duración y ni siquiera está seguro si mañana podrán abrir los bancos chipriotas, cerrados desde el pasado 16 de marzo.
De acuerdo con Dijsselbloem, hoy la troika y Nicosia abordarán "los detalles" de la reapertura de los bancos, prevista en principio para el martes.
Disputas
La negociación del rescate de Chipre ha sido la más larga de todas las intervenciones de la troika. Y la que ha tensado más la relación, tanto entre Bruselas y el país rescatado como entre los organismos internacionales. Por primera vez, el Parlamento de un país se revela contra el programa pactado por el Eurogrupo y hace que el Banco Central Europeo se vea obligado a amenazar con dejar caer a sus bancos si no acepta el rescate.
La operación, además, ha dañado la credibilidad de los ministros de Economía de la zona euro, que ayer tuvieron que ser tutelados por el presidente de la UE, Herman Van Rompuy, y el de la Comisión, José Manuel Barroso. El fi
El rifirrafe también ha perjudicado la relación entre la CE y el FMI, hasta el punto de que en la noche del domingo se llegó a rumorear la posibilidad de una ruptura de la troika. El presidente del Eurogrupo admitió que "las conversaciones han sido difíciles". El comisario Rehn intentó rebajar la tensión en la rueda de prensa asegurando que "mi esposa se queja de que paso más con Christine Lagarde que con ella". Y la directora gerente del FMI completó la broma añadiendo que "mi marido se queja de lo mismo que la esposa de Rehn". Pero las caras de todos ellos delataban, además del cansancio, un resquemor que parece ir a más con cada operación de rescate.
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