La decisión que tomó el presidente José Mujica junto al canciller Luis Almagro, el secretario de la Presidencia, Homero Guerrero y el prosecretario Diego Cánepa, fue mantener silencio y no responder la nota protesta del canciller argentino Héctor Timerman.
El tema fue analizado ayer viernes por el mandatario y su entorno más cercano.
Lo que Mujica y su entorno decidieron ayer fue que la búsqueda de un acercamiento con Cristina Fernández quede a criterio exclusivamente del presidente, y tanto el canciller Almagro como el embajador en Argentina, Guillermo Pomi, no intervengan por el momento a fin de evitarles un mayor desgaste en su relación con las autoridades argentinas.
En el gobierno uruguayo consideran que habrá represalias de parte de su par argentino y que lo más probable es que aparezcan más trabas a las exportaciones, cuyo volumen viene en baja desde que se tomaron medidas proteccionistas por parte de la administración kirchnerista, dijeron a El País fuentes oficiales.
A esto suman la previsión de relaciones bilaterales más frías, aunque en ese sentido estiman que el vínculo ya está muy desgastado y sin resultados positivos para Uruguay, por lo que es poco más lo que pueden empeorar, agregaron las fuentes.
Esta nueva crisis bilateral preocupa en particular al sector privado. "La situación ya venía complicada. En la época que congeniaban los modelos y las personas la relación no funcionaba, creo que no va a seguir funcionando ahora", dijo Álvaro Queijo, presidente de la Unión de Exportadores.
Queijo afirmó que la situación "es muy compleja" y recordó que hay varias declaraciones juradas (necesarias para ingresar productos uruguayos a Argentina) "que no salen".
"En general depende del importador argentino, de qué balanza comercial tenga él o qué situación tenga con el gobierno argentino", explicó a El País el presidente de la gremial de exportadores.
Queijo indicó que esta problemática para exportar "existe desde hace tiempo y hay casos que no trascienden". "Hay pedidos de productos uruguayos que no salen y no se logra destrabar esos productos, indicó.
"En algunos casos pasan 60, 90 y 120 días y no le sale favorable ni desfavorable, por lo que ya entienden que se debe a que fue rechazada, pero tampoco se da explicación", agregó Queijo.
El gobierno argentino tomó una decisión similar con relación a su embajador en Uruguay, Dante Dovena, a quien se le informó el jueves que no hiciera comentarios sobre los dichos de Mujica referidos a los Kirchner, ya que de eso se encargaría el canciller Timerman.
La versión oficial es que en Buenos Aires quieren preservar el rol de negociador de Dovena con el gobierno uruguayo, expresaron fuentes diplomáticas.
El jueves en la noche, tras participar en un seminario sobre los gobiernos "progresistas" de la región, Mujica cenó en el restaurante La Corte con el ex presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva.
En la mesa de Mujica y Lula, también estuvieron sentados la senadora Lucía Topolansky y el exgobernador socialista de la provincia de Santa Fe Hermes Binner, opositor al gobierno K.
HISTORIA. Ayer en su audición radial en la FM privada M24, Mujica no se refirió a la crisis que desató con Argentina y tampoco pidió disculpas por ello. Sí habló de la "unidad entre los pueblos".
El presidente dedicó el espacio radial a hablar de las Instrucciones del Año XIII, el artiguismo y el vínculo histórico entre Argentina y Uruguay, con varias referencias a la guerra entre los puertos de Buenos Aires y Montevideo.
En la audición lanzó algunas frases llamando a la unidad con Argentina, lo que se entendió como guiños al gobierno kirch-nerista. "Si bien la historia nos separó, nada ni nadie puede descuajar nuestra historia", expresó.
"Pertenecemos al grupo de esos pueblos y tenemos que andar bien con la humanidad, pero en primer término, con los pueblos que nacieron en la primer matriz. Y nada ni nadie podrá separarnos, definitivamente", agregó.
La Secretaría de Comunicación de la Presidencia no hará comentarios sobre lo ocurrido en Florida. La frase que desató esta nueva crisis bilateral se filtró porque un micrófono de los equipos de la Presidencia estaba abierto.
Pero el tema sí fue analizado y discutido en la interna de esa dependencia, en la que se deslindó responsabilidad de lo ocurrido.
"REMAR MÁS". El estricto silencio oficial que abarcó al presidente Mujica, al vicepresidente Danilo Astori, y al resto del gabinete, solo lo rompieron ayer la senadora Lucía Topolansky, el presidente de Ancap, Raúl Sendic, y la presidenta del Frente Amplio, Mónica Xavier.
"Para nosotros se acabó ahí el tema", dijo ayer viernes Topolansky a radio El Espectador. En tanto, el presidente de Ancap le quitó trascendencia a lo acontecido y sostuvo que "lo único que implica esto es que la vamos a remar más".
"Vamos a ver si incide en algo esta reacción del lado argentino (...) Nosotros con las personas con las que venimos trabajando tuvimos algún intercambio", afirmó Sendic a radio Universal.
Por su parte, Xavier dijo anoche al El País, tras terminar el acto del Frente Amplio en el Palacio Peñarol, que el incidente "no va a tener ningún efecto".
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