Los 20 céntimos de real (unos 7 céntimos de euro) que desataron el malestar social en Brasil serán recuperados por los usuarios de transporte público en Sao Paulo y en Río de Janeiro. El anuncio realizado ayer por las autoridades de ambas metrópolis, pilló de sorpresa a miles de manifestantes en las calles de Niteroi, ciudad vecina a Río donde tambiénse ha revocado el aumento, que recibieron la noticia con tímidos aplausos y con la certeza de que las protestas van a continuar.
"Me parece perfecto que bajen el precio de los billetes, se dan cuenta de que tenemos fuerza, pero no vamos a parar aquí. El problema real no son 20 céntimos, el problema es la salud, la educación... Brasil ha despertado", afirmaba Juliana Alves, presidenta de la Asociación Estudiantil de Niteroi, minutos después de conocer por los megáfonos la vuelta de las tarifas anteriores.
En Río de Janeiro, donde el lunes tuvo lugar la protesta más multitudinaria de los últimos tiempos, el alcalde de la ciudad, Eduardo Paes, anunció la reducción del billete de autobús de 2,95 a 2,75 reales (de 1 euro a 0,93 euros).
Sin embargo, la disminución de los precios en el transporte público no será gratuita para los cariocas. Según Paes, la revocación tendrá un impacto de 200 millones de reales (unos 68 millones de euros) en las cuentas del Ayuntamiento que puede aumentar a 500 millones (169 millones de euros). El alcalde comparó el efecto económico de esta nueva medida con los 400 millones (135 millones de euros) que la ciudad dedica al mantenimiento de los centros médicos de atención básica.
El gobernador de Sao Paulo no fue tan explicito con las consecuencias pero recalcó que las tarifas aprobadas este miércoles suponen un "esfuerzo" que "comprometerán" otras partidas aunque no especificó cuáles son.
Mientras en la calle, la repentina sensación de victoria es tomada por los manifestantes con cautela. "Bajan el precio porque se dan cuenta que el pueblo tiene fuerza, tienen miedo y creen que así la gente va a regresar a sus casas", dice Paulo Henrique, estudiante de 25 años, en Niteroi.
Durante los últimos días, las concentraciones hacen hincapié en que más allá de los 20 centavos se trata de "derechos" como se puede leer en las pancartas que reflejan toda una serie de reivindicaciones sobre los gastos de las obras de los grandes eventos deportivos, la precariedad de los servicios públicos, la corrupción inmersa en la clase política y otra serie de cuestiones que van ganando vigor bajo la idea de que "el gigante, despertó" del letargo en el que se encontraba y Brasil vive ahora su momento.
A pesar del anuncio de este miércoles, las movilizaciones de hoy se mantienen. En Sao Paulo, tras la última marcha del martes en la que sus convocantes, el Movimiento 'Passe Livre', matizaron que sólo tendría una finalidad relacionada con el precio del transporte, volverán a manifestarse hoy en el centro de la ciudad. En las redes sociales, se discuten las banderas de la protesta y entre muchos genera rechazo que el Movimiento que incendió el malestar, no parece querer asumir otras demandas que no sean las referidas al transporte.
En Río, también habrá una protesta en el corazón de la metrópoli que coincidirá con el partido entre España y Tahití en el Maracaná. La convocatoria también se extiende a otras ciudades como Brasilia.
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