El alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, ha exhortado que haya una tregua en las protestas que sacuden Brasil durante la estancia del papa Francisco en la ciudad para liderar la Jornada Mundial de la Juventud, y argumentó que el pontífice "no tiene relación alguna" con los problemas del país.
"Yo creo que el papa Francisco no tiene relación directa alguna con los pecados de los gobernantes brasileños, salvo para perdonarlos, si hay confesión", afirmó el alcalde, en una rueda de prensa previa a la cita, que se celebrará del 23 al 28 de julio.
Según la prensa brasileña, el Gobierno de Rousseff teme que la masiva presencia en Brasil de medios internacionales para cubrir el primer viaje internacional del papa Francisco pueda estimular un recrudecimiento de las multitudinarias protestas que sacudieron el país en junio, durante la Copa Confederaciones.
En esa oportunidad, más de un millón de personas salieron a las calles de ciudades de norte a sur del país para protestar contra la corrupción y contra los millonarios gastos del Estado para preparar el país para el torneo y para el Mundial de fútbol de 2014 y para demandar mejores servicios públicos de educación, salud y transporte.
Las manifestaciones mermaron después del final del torneo, pero no han cesado. La semana pasada, una protesta organizada por centrales sindicales terminó con violentos conflictos entre policías y manifestantes que se concentraban delante del palacio de la gobernación de Río.
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