La autoridad de regulación nuclear de Japón ha elevado hoy al nivel 3 -en una escala de 7 niveles- la fuga de 300 toneladas de agua altamente radiactiva de un tanque de almacenaje en la central de Fukushima, un depósito construido a toda prisa para almacenar el agua que se usó para enfriar los reactores tras la catástrofe de la central nuclear, arrasada por el tsunami el 11 de marzo de 2011. El nivel 3 corresponde a un “incidente grave” en la Escala Internacional de Incidentes Nucleares (Ines).
Hasta ahora, los problemas en la central estaban clasificados en el nivel 1, correspondiente a “anomalía”. Es la primera vez que se altera el nivel de alerta desde el tsunami, cuando se situó en el máximo, el mismo que la catástrofe de Chernóbil.
El del contenedor ha sido el último incidente de seguridad en la central, arrasada por el tsunami que el 11 de marzo de 2011 dejó más de 20.000 muertos en la costa este japonesa. La fuerza del mar deterioró seriamente varios reactores y no fue hasta diciembre de ese año que la central fue declarada estabilizada, con sus reactores en parada fría. La gestión de la compañía Tepco ha sido muy criticada por el Gobierno y por los ciudadanos japoneses. El Gobierno de Tokio, también muy crítico con la empresa, ha tomado las riendas de la situación en varias ocasiones, la última hace unas semanas, cuando Tepco admitió que la central lleva filtrando agua radiactiva al mar desde hace dos años.
Demanda al Gobierno
Al descontento por la gestión del incidente nuclear se suman otros. Hoy mismo, residentes de la prefectura de Fukushima han anunciado que van a demandar al Gobierno japonés por actuar de forma negligente al no crear los instrumentos jurídicos necesarios para garantizar la entrega de ayuda a los damnificados por el accidente nuclear. Pese a que en junio de 2012 se promulgó una ley que autoriza la entrega de ayuda a los afectados por la radiación, los demandantes consideran que el Gobierno no ha desarrollado legislativamente la norma para que la ayuda llegue efectivamente, según la cadena NHK.
También hoy mismo, el gobernador de la prefectura de Fukushima, Yuhei Sato, ha instado al Gobierno a tomar la iniciativa en la solución al problema de las continuas fugas de agua radiactiva. Cree Sato que se trata de una "emergencia nacional", por lo que el Gobierno de Shinzo Abe debería adoptar medidas específicas.
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