Los rebeldes sirios han anunciado que han lanzado un ataque contra el convoy en el que viajaba el presidente sirio, Bashar Asad, cuando éste se dirigía a una mezquita de Damasco para celebrar el final del Ramadán.
Poco después del supuesto ataque, la televisión estatal mostraba a Asad, ileso, rezando el Corán en una mezquita del distrito de Malki, donde reside el mandatario sirio.
El ministro de Información sirio, Omran al-Zohbi, también lo ha desmentido: "El presidente sirio conducía su propio coche. Ha asistido al rezo y ha saludado al resto de fieles".
La brigada rebelde Tahrir al Sham, una unidad del Ejército de Liberación Sirio, anunció previamente en un comunicado que había lanzado "morteros en la zona donde se encontraba la caravana de Asad. Rogamos a Dios y esperamos noticias del resultado".
Un portavoz rebelde señaló a Reuters que "Asad no resultó herido", pero señaló que, según sus fuentes dentro del propio régimen, "ha habido víctimas en el entorno del presidente".
Otras fuentes han reconocido que ha habido fuego de artillería en el área de Malki, que ha sido rodeado de inmediato por las fuerzas de seguridad.
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