Dos grupos de rebeldes sirios formados por Estados Unidos han accedido ya al sur del país para entablar combate con las tropas del régimen de Bachar el Asad, según desvela el diario francés Le Figaroen su edición de hoy. Se trataría de disidentes entrenados durante los últimos meses en Jordania y que habrían cruzado la frontera “probablemente con el apoyo de comandos jordanos e israelíes”, indica el rotativo, que no especifica cuáles son las “fuentes militares” que constatan este nuevo paso en el conflicto sirio.
Por otra parte, Rusia ha llamado al régimen de Bachar el Asad a cooperar con los expertos de Naciones Unidas que se encuentran desde el domingo en el país para investigar el uso de armas químicas en el conflicto. El ministerio de Exteriores ruso también ha anunciado que el responsable de la diplomacia de Moscú, Serguei Lavrov, ha acordado con el secretario de Estado estadounidense John kerry la necesidad de una investigación independiente y objetiva. Rusia es el aliado más fuerte con el que El Asad ha contado desde el comienzo de la guerra civil en marzo de 2011.
El diario no se limita a dar esta información sino que interpreta que el avance de estos dos comandos desde el sur, con Damasco como objetivo final, podría haber elevado el nerviosismo del régimen y esto explicaría, por ejemplo, el supuesto ataque con armas químicas del pasado miércoles en la periferia este-sur de la capital. Además, entiende que EEUU podría estar planeando la posibilidad de controlar totalmente la zona de Deraa y así, de seguido, poder crear una zona de exclusión aérea.
Fuentes del Ejército de Jordania, que no ha querido confirmar esta información esta mañana, sí ha reconocido que EEUU ha dejado en su territorio un importante número de misiles Patriots y de aviones de combate F-16, usados en el mes de junio durante las maniobras internacionales Eager Lion 2013, como medida preventiva y a petición del Gobierno de Ammán. Estos medios, sostiene Le Figaro, podrían emplearse para imponer esa pretendida zona de seguridad en el sur de Siria.
Jordania también confirma que, de los 8.000 efectivos de EEUU que participaron en ese ejercicio a gran escala, casi mil han permanecido en el país. Su gobierno está angustiado por el temor a la entrada de extremistas por su frontera norte y al límite en cuanto a la asistencia de refugiados, más de medio millón.
Nadie en el gabinete del primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, o de sus Fuerzas Armadas ha valorado a esta hora la información de Le Figaro. Israel vivió décadas de estabilidad con Siria durante los mandatos de los Asad y se divide entre ver caer al enemigo y el temor a que Siria se fragmente y los yihadistas –al alza entre los grupos opositores- acaben por abrirle un nuevo frente de guerra. En los dos años y medio de conflicto, su Ejército ha atacado varios supuestos silos de armas o convoyes, camino de grupos como los libaneses chiíes de Hezbolá.
El diario The Wall Street Journal también publica hoy que EEUU está estudiando ya “todas las opciones militares” que se pueden aplicar en Siria. Ayer, su jefe de Estado Mayor Conjunto, Martin Dempsey, descartó el envío directo de tropas. Al parecer, los estadounidenses están reelaborando una lista de objetivos aéreos que limiten las capacidades militares del régimen e impida nuevos ataques con armas químicas, de los que Washington dice tener pruebas. Sin embargo, The New York Times añade que hay una notable división entre el equipo del presidente Barack Obama sobre cuál es la mejor opción. Las agencias de Inteligencia, el Pentágono y el Departamento de Estado se reunieron ayer durante tres horas y media, sin conclusiones. Entre sus miembros hay quien apuesta por lanzar un mensaje “duro” a Asad y quien lo cree “imprudente”. Recuerdan que hay dos destructores desplegados en el Mediterráneo que pueden emplear misiles Tomahaw en cualquier momento.
Mientras, los rebeldes sirios han emitido un comunicado en el que explican que están tratando de tomar muestras de los más de 1.400 muertos que, dicen, dejó el ataque químico del miércoles en Ghouta, para poder hacérselos llegar a los expertos de la ONU, que siguen negociando con Asad un permiso para ir a la zona. Hoy siguen en el Hotel Four Seasons de Damasco, aguardando ese visto bueno, reclamado por el secretario general del organismo, Ban Ki-moon, y por 37 países más. Sergei Lavrov, el canciller ruso, ha pedido esta mañana a su aliado Asad que dejé investigar a los químicos y médicos internacionales. Anoche habló con el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, y acordaron que un chequeo “independiente” es lo más oportuno, informa Reuters.
Los Comités Locales de Coordinación sostienen que en los bombardeos y tiroteos convencionales de ayer murieron en todo el país 115 personas.
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