A Alemania se le rebosó la copa con EE. UU. por caso de espías

Expulsan a jefe de CIA en Berlín por hallazgo de 2 infiltrados alemanes pagados por Washington.

En una drástica e inédita decisión, el gobierno de la canciller alemana Angela Merkel expulsó al representante de la CIA en su país, por el abultado expediente del espionaje sin fronteras revelado por Edward Snowden, ahora corroborado por la aparición de dos altos funcionarios alemanes que estarían espiando para Washington, según una investigación de las fiscalía y la policía criminal del país europeo.

Esta fue la gota que rebasó la copa de la paciencia germana y el detonante que provocó la decisión, histórica, en las relaciones entre EE. UU. y Alemania desde la Posguerra, tomada por la comisión de Control de los Servicios Secretos del Parlamento Germano y también por el ejecutivo de Merkel.

Las revelaciones del semanario alemán Der Sipegel, que aseguró que la agencia estadounidense NSA espió el teléfono celular de Merkel durante años, ya habían deteriorado seriamente la relación y provocado una reunión con el presidente Barack Obama para “abordar el asunto en profundidad”.

Para Clemens Binninger, presidente de la citada comisión, “se trata de una reacción que se nos hace imperativa ante la falta de cooperación de Estados Unidos para el esclarecimiento de los antecedentes de espionaje en nuestro país”.

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