sábado, marzo 19, 2005

Análisis sobre Bolivia: Perspectivas y desafiós

A continuación el siguiente será el análisis que realizaré esta noche en la edición central de MEGANOTICIAS. Libardo Buitrago

En un intrincado tablero de ajedrez cruzado por la inestabilidad política y la desconfianza entre sociedad y partidos políticos, el Presidente de Bolivia Carlos Mesa, desafiando las leyes de la gravedad, optó por anunciar que se quedará para cumplir el mandato que heredó por la renuncia de Gonzalo Sánchez de Lozada.
Mesa, ha realizado varias movidas: la primera de ellas cuando tomó posesión del cargo en octubre del año pasado, propuso la primera gran agenda, que a rasgos generales comprendía reivindicar la salida al océano Pacífico, llevando a todos los foros internacionales sus reclamo, esta bandera prendió con fuerza, encendiendo la llama nacionalista. Propuso llevar a cabo una Asamblea Nacional Constituyente, encargada de la modernización institucional del país; planteó un referéndum para fijar las políticas en hidrocarburos y ofreció su cargo en función de ganar la paz social.
La agitación de inicio de año, le hizo llegar en situación de extremo a la segunda agenda: la prioridad estuvo en aprobar la Ley de Hidrocarburos, convocar a un referéndum sobre autonomías, la elección popular de los Prefectos -algo así como Intendentes-, y de vuelta la Asamblea Nacional Constituyente. En este proceso, sacó una dura carta: puso su renuncia como condición de arreglo político. Y por cierto que lo obtuvo, a través del llamado "Acuerdo Nacional" firmado con la excepción del MAS de Evo Morales. Este acuerdo duró una semana.
Mesa, sacude el tablero, sorprende a los actores sociales de Bolivia y manda un proyecto de Ley convocando a elecciones generales. Es decir, nos vamos todos en agosto. La respuesta fue no, nosotros -los Congresistas- nos quedamos. Elija usted. Y Mesa, nuevamente en otro mensaje a la nación, asumió que se quedaría hasta completar el periodo.

Se le exige a los políticos actuar con altura de miras, dejando de lado los mezquinos intereses, y trabajar en función del bien común del país. Es solamente por esta vía. No hay otra. En buena cuenta es gobernar y dejar gobernar. De hacerlo, podrán evitar una profunda ruptura institucional. En caso contrario, Bolivia seguirá moviéndose en las esquivas arenas de la agitación y la efervescencia. El Presidente Mesa ha quedado en su laberinto, solo él puede saber donde esta la puerta de la salida de la crisis. El tiene la llave, los políticos el candado. Deben convertir esta amenaza a la estabilidad en una gran oportunidad para construir la Bolivia pujante que queremos y deseamos.

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