El Comité de Defensa de la Cámara de los Comunes publica hoy un informe que afirma que las fuerzas de la coalición fracasaron en el plan de posguerra en Irak al no estar preparadas para hacer frente a la insurgencia en el país. El informe establece que la coalición debería haber dado una mayor prioridad al entrenamiento de las fuerzas iraquíes justo después de la invasión. Así, señala que el personal iraquí todavía no puede ser responsable de la seguridad en el país e indica que es más que probable que los 8.000 soldados británicos que se encuentran en la zona permanezcan en Irak al menos hasta 2006. El presidente del Comité, Bruce George, que es también abogado en el partido laborista, considera que "sería catastrófico para los iraquíes si nos fuéramos y les dejáramos con toda esta serie de insurgentes". Asimismo, el texto indica que la coalición debería haber mantenido segura la frontera de Irak para parar el flujo de insurgentes, particularmente de Siria e Irak. No obstante, el informe también alaba la labor de las tropas británicas en Irak, destacando su "sensibilidad y profesionalidad". El comité, sin embargo, se muestra crítico con las tácticas empleadas por la fuerza multinacional liderada por Estados Unidos, aunque no detalla el por qué. "Urgimos al Ministerio de Defensa a que use su influencia para que afecte a la postura de la fuerza multinacional", subraya.
El punto es que la realidad de los acontecimientos en Irak, refleja dos cosas: la primera de ellas, fue un grave error haber descabezado las Fuerzas Armadas de Irak, por el número de efectivos, y segundo, no haber operado sobre los servicios secretos de Sadam. De allí, se nutre la resistencia. Los armamentos, el entrenamiento, y el personal parten desde este punto. Los informes que se escriban ahora en todos los lugares del mundo, mostrarán que toda acción bélica- legítima o ilegítima-, debe tener contemplado el después. Y es la piedra de tope que allí se tiene.
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