Ecuador, un pueblo infectado por la corrupción y la política partidista

El sacerdote jesuita Javier Herrán ha escrito este artículo sobre su visión del Ecuador, que aparece publicado en el diario El Comercio de Quito.

En menos de 10 años es ya la tercer vez. Este 20 de abril ha sido más contundente, más espontáneo, sin dirigentes, sin convocatorias previas, ha sido un torrente ciudadano desbordado por calles y plazas. Explosión de ese espacio de íntima dignidad del ciudadano que no soporta más la sinvergüencería, la mentira oficial, la oferta reiterada mientras hacen lo contrario mofándose de tu condición de “ciudadano”. El miércoles 20 los quiteños vivieron esa electrificación de la dignidad humana que iguala pobres y ricos, niños y adultos, universitarios y trabajadores. Por eso se cayó, porque hartó la paciencia de la gente, porque la corrupción tiene un límite en la conciencia.