miércoles, junio 08, 2005

La vieja política versus la furia popular

El país sufre fracturas sociales, políticas, étnicas y regionales, lo que hace que se vuelva difícil augurar un escenario próximo de paz, aún cuando los movimientos sociales consiguieran que Eduardo Rodríguez asumiera como presidente y llamara a elecciones inmediatamente. El clima de tensión es por momentos irrespirable. De hecho, ayer, pocas horas después de la renuncia de Mesa, el centro La Paz fue escenario de violentos combates entre manifestantes mineros y la policía, que terminó con 15 heridos: uno de ellos sufrió la amputación de una mano al intentar detonar un cartucho de dinamita. Seis cajones con estos explosivos fueron incautados por la policía luego de requisar varios camiones en los que llegaron algunos de los mineros. Hubo también detenidos. Por el clima de inestabilidad, que ayer obligó al Ministerio de Educación a llamar a vacaciones de invierno anticipadas, Bolivia no está recibiendo estos meses unos 500 millones de dólares que forman parte de créditos internacionales. El escenario es "virtualmente de guerra", como lo definió la analista política Jimena Costas, con escasez de gas, gasolina, pan, agua, y con la gente que no sabe si podrá salir a trabajar. La falta de gasolina afecta a los particulares, a los medios de transporte, a los camiones de basura, a las ambulancias y las autobombas. Cifras oficiales aseguran que el paro indefinido proclamado por la ciudad de El Alto, arriba de La Paz, está provocando pérdidas por US$ 500 mil al día. La eventual asunción de Vaca Díez no haría más que "llevar la ingobernabilidad a un punto donde la única salida será la violencia". Costas admite que probablemente será Rodríguez el único de los posibles presidentes que podría conseguir un alto en las manifestaciones."Lo que se juega en las calles ahora —dice Costas— no es tal o cual reclamo, sino un intento de transformar la estructura del sistema político". Esto es, por un lado, los viejos actores que conservan sus asientos en el Congreso pero no tienen expresión en las calles, versus los nuevos actores, dueños del espacio geográfico pero sin representación parlamentaria. En el medio, dice Costa, "la mayoría de los bolivianos, que sólo buscan algún grado de certidumbre". El escenario es "virtualmente de guerra", como lo definió a Clarín la analista política Jimena Costas, con escasez de gas, gasolina, pan, agua, y con la gente que no sabe si podrá salir a trabajar. La falta de gasolina afecta a los particulares, a los medios de transporte, a los camiones de basura, a las ambulancias y las autobombas. Cifras oficiales aseguran que el paro indefinido proclamado por la ciudad de El Alto, arriba de La Paz, está provocando pérdidas por US$ 500 mil al día. Para Costas, la eventual asunción de Vaca Díez no haría más que "llevar la ingobernabilidad a un punto donde la única salida será la violencia". Costas admite que probablemente será Rodríguez el único de los posibles presidentes que podría conseguir un alto en las manifestaciones." Lo que se juega en las calles ahora —dice Costas— no es tal o cual reclamo, sino un intento de transformar la estructura del sistema político". Esto es, por un lado, los viejos actores que conservan sus asientos en el Congreso pero no tienen expresión en las calles, versus los nuevos actores, dueños del espacio geográfico pero sin representación parlamentaria. En el medio, dice Costa, "la mayoría de los bolivianos, que sólo buscan algún grado de certidumbre".

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