miércoles, junio 08, 2005

Lula toma medidas para contener escándalos de corrupción

El gobierno de Lula seguía ayer bajo enorme presión por causa de la corrupción detectada en empresas estatales y en el propio partido oficialista. El presidente brasileño, en un esfuerzo por demostrar que está dispuesto a extirpar los miembros enfermos de su gobierno, destituyó a los presidentes y el cuerpo de directores de dos grandes empresas públicas: Correo (8 cesanteados) y el Instituto de Reaseguros (seis despidos).Hay sospechas de que ambas estatales se habían convertido en nidos de coimeros.El presidente brasileño no dio, sin embargo, señales de que irá a esclarecer el último escándalo que conmovió a los brasileños y que involucra directamente a un altísimo dirigente del Partido de los Trabajadores, el tesorero Delubio Soares. La historia estalló el lunes cuando el diputado Roberto Jefferson, miembro del clan de partidos oficialistas, denunció que Soares pagaba "salarios extras" de 12.500 dólares mensuales a legisladores del Partido Progresista (PP) y del Partido Liberal (PL), integrantes de la coalición gubernamental. El objetivo, según el propio Jefferson, quien preside el PP, era mantener un estricto control político sobre legisladores que no son del propio palo partidario. El parlamentario aseguró que tiene pruebas de lo denunciado y sugirió que le resta "mucho más" por decir. "Hubo cosas que se guardó", aseguró un congresista del PP.Los despidos de las cúpulas del Correo y de la estatal de Reaseguros, donde hay serias sospechas de corrupción, fue la primera medida de Lula para intentar reducir el estrago causado por los escándalos. La próxima baja, puede ser el ministro de Turismo, Walfrido Mares Guia, quien ocupa ese cargo por el Partido Progresista (PP), la misma agrupación del denunciante Jefferson). El PP anticipó que se dispone a abandonar el gobierno de Lula aun cuando afirma que se mantendrá "fiel" al presidente brasileño. Los últimos meses fueron pródigos en denuncias. Un ministro, Romeo Jucá, y hasta el presidente del Banco Central, Henrique Meirelles, estuvieron en capilla por sospechas de corrupción. El anteúltimo cimbronazo político fue provocado hace apenas una semana cuando la policía detuvo un dirigente provincial del PT por repartir permisos falsos para la explotación indiscriminada del Amazonas.Ante los golpes sucesivos, Lula busca dar un giro de timón.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

 
Libardo Buitrago / Blog © 2013 | Designed by RA