Falta mucho tiempo. Pero en los últimos días la posibilidad de su candidatura para las elecciones del 2008 ha comenzado a sonar y con fuerza. Principalmente, en medios como 'The Washington Post', 'The New York Times' y 'Time'. En parte, el 'ruido' que rodea a la ex primera dama se explica en una encuesta realizada hace una semana por Gallup: por primera vez, una mayoría votaría por ella en caso de ser elegida como tiquete de los demócratas. De acuerdo con el sondeo, 55 por ciento se inclinaría por la hoy senadora del estado de Nueva York. El sondeo, hecho entre más de 1.000 adultos, además le otorga una popularidad igual a la de George W. Bush cuando se preparaba para las elecciones del 2000 y superior a la de Al Gore, rival de Bush en esos comicios. Más aún, la encuesta indica que casi un 80 por ciento no tendría problema en entregar a una mujer el control de sus destinos, cifra muy superior a la que se registraba hace 10 años, cuando no superaba el 50 por ciento. Pero lo que más arroja luces sobre sus intenciones, sostienen analistas, es el perfil de figura nacional que ha comenzado a tomar. Durante sus primeros años en el Senado, se dedicó a demostrarles a los neoyorquinos que, pese a no ser de ese Estado (nació en Arkansas), podía representarlos con altura. Que tenía una voz propia, no vivía bajo la sombra de su marido –el ex presidente Bill Clinton– ni se dejaría arrastrar por sus escándalos sexuales. La estrategia le dio resultado. Del pírrico 52 por ciento en el 2000, hoy tiene 67 por ciento de aprobación popular.
A la ofensiva . Además, ahora Hillary ha pasado a la ofensiva, reabriendo debates como el del aborto, en el que ofrece espacio a los ‘pro vida’ pese a defender esa práctica. Dejando claro que en Irak no hay marcha atrás, robándose ideas republicanas como la estrategia para sembrar democracia en Oriente Medio y demostrando sapiencia en temas militares, por lo general de órbita masculina. Incluso sus asesores, dicen varios reportes, ya trabajan en una estrategia de campaña con miras a la candidatura que hace énfasis en el tono moderado y dirigido a electores de centro. Más importante aún es que está aprovechando la ausencia de un personaje de renombre dentro de su partido que les permita acariciar el sueño de recuperar la Casa Blanca. Gracias a su tenacidad, dice el Post, Hillary se ha convertido, "de lejos, en la figura más prominente de los demócratas y colocado en una posición ideal para rehacer la historia como la primera mujer presidente, si decide lanzarse y gana en el 2008". Pero en el camino –lo dicen voces demócratas– también enfrentará muchos escollos. Según Joe Klein, de Time, su candidatura se convertiría en un circo, en el que los tabloides harían fiesta reviviendo los escándalos sexuales del ex presidente y todos los lunares que ensombrecieron sus ocho años de presidencia. Además, eso la volvería un blanco fácil para cualquiera que sea el republicano que se le oponga. La senadora, por el momento, sigue pasando de agache y dice que su única meta inmediata es ganar la reelección a su cargo en el 2006. Pero tampoco lo niega. "La vida –le dijo a CNN– va desarrollándose a su propio ritmo. Un día a la vez".
A la ofensiva . Además, ahora Hillary ha pasado a la ofensiva, reabriendo debates como el del aborto, en el que ofrece espacio a los ‘pro vida’ pese a defender esa práctica. Dejando claro que en Irak no hay marcha atrás, robándose ideas republicanas como la estrategia para sembrar democracia en Oriente Medio y demostrando sapiencia en temas militares, por lo general de órbita masculina. Incluso sus asesores, dicen varios reportes, ya trabajan en una estrategia de campaña con miras a la candidatura que hace énfasis en el tono moderado y dirigido a electores de centro. Más importante aún es que está aprovechando la ausencia de un personaje de renombre dentro de su partido que les permita acariciar el sueño de recuperar la Casa Blanca. Gracias a su tenacidad, dice el Post, Hillary se ha convertido, "de lejos, en la figura más prominente de los demócratas y colocado en una posición ideal para rehacer la historia como la primera mujer presidente, si decide lanzarse y gana en el 2008". Pero en el camino –lo dicen voces demócratas– también enfrentará muchos escollos. Según Joe Klein, de Time, su candidatura se convertiría en un circo, en el que los tabloides harían fiesta reviviendo los escándalos sexuales del ex presidente y todos los lunares que ensombrecieron sus ocho años de presidencia. Además, eso la volvería un blanco fácil para cualquiera que sea el republicano que se le oponga. La senadora, por el momento, sigue pasando de agache y dice que su única meta inmediata es ganar la reelección a su cargo en el 2006. Pero tampoco lo niega. "La vida –le dijo a CNN– va desarrollándose a su propio ritmo. Un día a la vez".
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