La selección del candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI) mexicano amenaza con convertirse en una guerra intestina de alcances insospechados, y frustrar del todo los deseos de los priístas de regresar al poder en 2006. Uno de los aspirantes, Arturo Montiel, ex gobernador del Estado de México —donde gastó millones de euros en dejar a su heredero político, Enrique Peña Nieto, en el poder—, se queja de que Roberto Madrazo, que presidió el PRI hasta hace unas semanas, impuso unas reglas electorales internas que le dejan con el control del proceso, ya que posee un férreo dominio del aparato priísta en todo el país. Furioso, Montiel sentenció que “no se vale que continúe el agandalle [abuso e ilegalidad] de Roberto Madrazo”, su rival en la contienda. De acuerdo con distintas encuestas, el PRI es el partido que tiene mayores preferencias entre los mexicanos (alrededor del 37%), pero con Madrazo no ganaría los comicios presidenciales ante el izquierdista Andrés Manuel López Obrador, que le aventaja en 10 puntos.
Durante 71 años, el Partido Revolucionario Institucional gobernó México casi en soledad y no se democratizó, pero fue derrotado en las elecciones de 2000 por el conservador Vicente Fox, del Partido Acción Nacional (PAN). Madrazo ha sido acusado de pertenecer al PRI más autoritario. Ha sido acusado de diversas ilegalidades en contra de la oposición, como cuando realizó gastos multimillonarios en su campaña para llegar al Gobierno del sureño Estado de Tabasco (1995), por encima de lo marcado por la ley, aunque se comprobó que el exceso no tuvo graves consecuencias.
Durante 71 años, el Partido Revolucionario Institucional gobernó México casi en soledad y no se democratizó, pero fue derrotado en las elecciones de 2000 por el conservador Vicente Fox, del Partido Acción Nacional (PAN). Madrazo ha sido acusado de pertenecer al PRI más autoritario. Ha sido acusado de diversas ilegalidades en contra de la oposición, como cuando realizó gastos multimillonarios en su campaña para llegar al Gobierno del sureño Estado de Tabasco (1995), por encima de lo marcado por la ley, aunque se comprobó que el exceso no tuvo graves consecuencias.
Fuente: Reportaje del diario El País de España.
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