La tensión interreligiosa en Irak sigue cobrándose víctimas a pesar del toque de queda en parte del país. Doce agricultores han sido asesinados en Baquba y dos bombas han acabado con la vida de dos policías en el entierro de una periodista en Al Hasua y de otras cuatro personas en Kerbala. Los enfrentamientos en Irak se suavizaron en la jornada de ayer. Los principales líderes religiosos sunítases y chiítas han aprovechado las oraciones del viernes para lanzar llamamientos a la calma y la unidad. El gobierno interino iraquí decretó ayer un nuevo toque de queda en las provincias de Bagdad, Babel, Diyala y Salahedín, estas tres últimas al sur, este y norte de la capital, respectivamente. En todas ellas viven mezcladas comunidades chiítas y sunítas, y en los últimos dos días se han registrado numerosos incidentes sectarios contra personas y templos de uno u otro credo. En la mañana de hoy, doce agricultores, entre los que figuraban chiíes y suníes, fueron asesinados en un huerto al sur de Baquba, 60 kilómetros al noeste de Bagdad, según explicó Mohammad Jassem, un pariente. "Salieron a trabajar en un huerto de Barjat Bouhouj y poco después sus esposas les han encontrado muertos con un tiro de bala en la cabeza". En otro episodio de violencia, hombres armados abrieron fuego contra los familiares de la periodista de Al Arabiya asesinada el pasado miércoles en Samarra, cuando grababa un reportaje sobre el ataque a la mezquita dorada.
A tiros en un entierro
El ataque ocurrió en la zona de Al Hasua, cerca de Abu Ghraib. Un grupo de pistoleros tirotearon el convoy compuesto de 15 vehículos en el que se trasladaban los participantes en los actos fúnebres. Un corresponsal de la emisora en Irak aseguró que hubo un enfrentamiento entre los atacantes y una fuerza de policía que acompañaba el convoy. Poco después, una explosión sacudió la procesión causando la muerte de al menos dos policías que vigilaban el desarrollo del entierro. Atuar Bahgat fue secuestrada el pasado miércoles junto con otros compañeros de Al Arabiya cerca de la ciudad de Samarra, al norte de la capital, y sus cuerpos fueron hallados con señales de disparos el día siguiente en una carretera de la misma zona. Irak está paralizado por un toque de queda impuesto por el Gobierno interino en un intento de controlar las acciones de violencia que siguieron a un ataque contra un santuario sagrado chií en Samarra. Centenares de iraquíes, en su mayoría suníes, han sido asesinados en los últimos tres días en represalias de los chiíes, que también atacaron decenas de mezquitas suníes en distintas ciudades de Irak.
A tiros en un entierro
El ataque ocurrió en la zona de Al Hasua, cerca de Abu Ghraib. Un grupo de pistoleros tirotearon el convoy compuesto de 15 vehículos en el que se trasladaban los participantes en los actos fúnebres. Un corresponsal de la emisora en Irak aseguró que hubo un enfrentamiento entre los atacantes y una fuerza de policía que acompañaba el convoy. Poco después, una explosión sacudió la procesión causando la muerte de al menos dos policías que vigilaban el desarrollo del entierro. Atuar Bahgat fue secuestrada el pasado miércoles junto con otros compañeros de Al Arabiya cerca de la ciudad de Samarra, al norte de la capital, y sus cuerpos fueron hallados con señales de disparos el día siguiente en una carretera de la misma zona. Irak está paralizado por un toque de queda impuesto por el Gobierno interino en un intento de controlar las acciones de violencia que siguieron a un ataque contra un santuario sagrado chií en Samarra. Centenares de iraquíes, en su mayoría suníes, han sido asesinados en los últimos tres días en represalias de los chiíes, que también atacaron decenas de mezquitas suníes en distintas ciudades de Irak.
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