jueves, julio 27, 2006

FLOYD LANDIS, POSITIVO POR TESTOSTERONA TRAS GANAR EL TOUR 2006: De héroe a villano en los Campos Elíseos

El estadounidense Floyd Landis se convirtió en el sucesor de su compatriota Lance Armstrong en el trono del Tour de Francia durante apenas cuatro días. Puso el broche de oro a una trayectoria muy particular no exenta de barreras, tanto en su entorno familiar como en el ciclismo, pero su positivo por testosterona le ha transformado de héroe a villano. Su gran exhibición en Morzine ha quedado empañada por el dopaje. Un campeón más que pasa a la larga lista de caídos a manos de las sustancias dopantes.




Floyd Landis, en el podio de París. (Foto: AP)




Su hazaña en Morzine tras "su humillación" en La Toussuire hizo que el mundo entero se rindiera a sus pies. Hacía tiempo que no se veía una gesta como la suya sobre una bicicleta. Toda la caravana del Tour asumió que con Floyd Landis el ciclismo había regresado a los años 80. Espectáculo en estado puro. Un favorito atacaba desde muy, muy lejos y coronaba el último puerto con un poderío extremo. Nadie dudó de la proeza y todos creyeron en que este deporte volvía a renacer. El nuevo rey del Tour tomaría rumbo al quirófano, ya que en los próximos meses debe operarse de una cadera, donde se le colocará una prótesis. Pero esta no iba a ser la gran barrera en la vida de Landis. El estadounidense ha dado positivo en un control antidopaje que ha derrumbado de un plumazo toda su anterior vida, marcada por la austeridad y el sacrificio.

Landis vivió hasta los 20 años en una granja familiar y su padre, sus cuatro hermanas y él fueron educados en la religión menonita. Contaban con una granja de animales y una huerta para sobrevivir, y su padre era conductor del camión que transportaba materiales para la comunidad. La madre se ocupaba de los hijos, se levantaba muy temprano y hacía las cosas de la casa. Los menonitas rechazan la influencia del mundo moderno. "No teníamos televisión, ni radio, ni ordenador, todas esas cosas que hoy tienen todos los niños. Es una vida simple y sana. La idea es la de ser feliz ocupándose los unos de los otros", explica el corredor de Lancaster.
Landis, de 30 años, estuvo tres temporadas en el Mercury (1999 a 2001) antes de llegar al US Postal y más tarde al Phonak, su actual equipo. "Es un buen chico, y un tipo limpio. Me llega al corazón que gane el Tour de Francia. Lo merece", dijo Wordin. Entre sus recuerdos, Wordin comenta que en 1999 suplicó a John Lelangue, actual director del Phonak y ex organizador del Tour del Porvenir, que contratara al Mercury para esta carrera. "Vas a ver como un día Floyd Landis ganará un Tour de Francia", le dijo entonces. Landis terminó tercero en la prueba y llevó el maillot amarillo.
"Al principio siempre se ponía detrás. Perdía tiempo y le dije que no había venido a Europa a figurar, espabílate. Al día siguiente hizo una carrera increíble y se puso el maillot amarillo", contó Wordin. Según el técnico americano, "con Floyd es todo o nada. Es un chico del campo y recuerdo que atacaba a fondo, sin reservas, hasta el final. Con el tiempo aprendió a controlar los esfuerzos y a reflexionar en carrera. Hoy está en lo más alto del podio". Primer cajón del que podría caerse empujado por la trampa del dopaje.
En cuanto a sus victorias destaca el reciente Tour de Francia y el primero puesto en la etapa de Morzine; dos Vueltas a Georgia (2006 y 2005); una Vuelta al Algarve (2005); una Vuelta a Poitou Charentes (2000); y la Clásica Cascade (1999). Ahora, la confirmación por parte de su equipo de que dio positivo en la etapa en la que fraguó su triunfo en el Tour, le incluye en el grupo de 'estrellas' que, como el italiano Ivan Basso, ganador del Giro de Italia; el alemán Jan Ullrich, ex vencedor del Tour; o el español Roberto Heras, ganador de la Vuelta; han pasado de héroes a villanos en pocas jornadas.
Fuente: Diario El Mundo de España

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