lunes, julio 31, 2006

Israel detuvo los ataques en el sur del Líbano

La Fuerza Aérea israelí suspendió hoy sus bombardeos en Líbano y también dejó de disparar la milicia libanesa de Hezbollah sus cohetes contra localidades del norte de Israel, por primera vez desde que estalló la crisis hace 20 días. El Gabinete de Seguridad que preside Ehud Olmert se reunirá esta noche para analizar la situación después de ordenar la suspensión limitada de las operaciones aéreas por 48 horas, sólo permitidas para el caso de producirse ataques de la milicia. Al menos hasta esta mañana no se había informado de ningún ataque con cohetes, de los que Hezbollah disparó ayer más de 150 tras el bombardeo aéreo israelí en el pueblo libanés de Qaná, donde causó la muerte de 60 civiles, entre ellos 37 niños. El ministro de Defensa, Amir Peretz, afirmó hoy en el Parlamento (Kneset), que continuarán las operaciones contra Hezbollah pues "no admitiremos que su bandera vuelva a flamear en la frontera", "no nos rendiremos al terrorismo" y se manifestó en favor de un alto el fuego que implique el establecimiento de una fuerza multinacional que facilite el control de la frontera al Ejército libanés.

El ministro israelí de Defensa, Amir Peretz, dijo hoy, en una sesión extraordinaria del Parlamento (Kneset), que Israel no aceptará un alto el fuego "inmediato" si no obedece a ciertas condiciones. "Como hombre de paz, os digo que no se debe proclamar un alto al fuego inmediato sin acuerdos previos", dijo, en alusión a que Israel no lo aceptará si Hezbollah no devuelve a los dos soldados que sus milicianos secuestraron el pasado día 12 y si el Ejército libanés no despliega sus tropas en el sur del país. El ministro israelí formuló sus declaraciones al comienzo de una sesión extraordinaria de la Kneset para debatir la crisis en el Líbano y Gaza, cuando el conflicto libanés entra en su vigésimo día. La sesión estuvo marcada por las protestas de diputados de la minoría árabe-israelí.

Israel, anticipó Peretz, aceptará el despliegue de una fuerza multinacional en la región fronteriza, en territorio libanés, para que pueda aplicarse la resolución 1559 del Consejo de Seguridad de la ONU, que exige el desarme de Hezbollah y que el Gobierno de Beirut imponga su autoridad en la frontera de 110 kilómetros con Israel. "No hay cambios en nuestra posición. Las Fuerzas Armadas (Tsahal) seguirán sus operaciones contra Hezbollah, y puedo decirles que ya lograron neutralizar su capacidad para el lanzamiento de misiles tierra-tierra de largo alcance", dijo el ministro israelí. "Esta es una guerra dolorosa pero triunfaremos", agregó el ministro, interrumpido por los legisladores de la minoría árabe, que lo llamaban "asesino" por la muerte ayer de al menos 60 libaneses en un ataque de la Fuerza Aérea en la aldea libanesa de Qaná. "Estamos en una guerra para defender nuestros hogares, una guerra que se nos impuso, y estamos decididos a vencer", les contestó el ministro. Peretz destacó que "no nos rendiremos al terrorismo" de los milicianos pro-iraníes de Líbano, "y tampoco a los palestinos", y "no permitiremos que la bandera de Hizbulá vuelva a flamear en la frontera" con el Estado libanés". "Cambiaremos la situación y llegaremos a la paz con el Líbano y también con la Autoridad Nacional Palestina (ANP)" pues "no hay mejor solución para estabilizar nuestra región que negociar", concluyó. "El mundo debe saber que Israel no tiene ningún interés en una guerra con el pueblo libanés o con los palestinos sino con sus grupos terroristas, respaldados por Siria e Irán", afirmó Peretz, que recibió el respaldo del jefe de la oposición parlamentaria, Benjamín Netanyahu, líder del Partido derechista Likud.

Según la presidenta de la Kneset, Dalia Itzik, que expulsó a tres diputados árabes durante el mensaje de Peretz, la batalla contra los milicianos islámicos de Líbano "es una guerra entre los hijos de la luz y los hijos de la oscuridad".

Fuente: Diario El Clarín de Buenos Aires

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