"Esperamos que envíen un mensaje claro al régimen iraní de que éste es un asunto de la mayor preocupación para la comunidad internacional y de que tiene que cambiar su comportamiento", afirmó el portavoz del Departamento de Estado. Hoy se cumple el ultimátum dado por el Consejo de Seguridad de la ONU hace un mes a Irán para que detenga su programa de enriquecimiento de uranio, una actividad que según Teherán tiene únicamente fines civiles, pero que Washington considera como un programa militar encubierto.
¿Embargo económico?
El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) entregará hoy al Consejo de Seguridad un informe en el que evalúa las acciones de Teherán. "Previsiblemente se dirá que los iraníes no han accedido a las demandas del Consejo Seguridad", señaló McCormack. "Esperemos que las partes inicien de forma inmediata conversaciones formales sobre una resolución que ordene sanciones", explicó el funcionario estadounidense.
El portavoz del departamento de Estado afirmó que habría unas sanciones iniciales, que se endurecerían gradualmente, pero no dio más detalles. Entre las medidas consideradas, están la congelación de las cuentas iraníes en el extranjero y restricciones a los viajes internacionales de miembros del régimen de Teherán. Medidas de mayor peso, como un embargo económico, serían más difíciles de adoptar, especialmente dada la reticencia de Rusia y China. Los dos países, que tienen poder de veto como miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y son tradicionalmente contrarias a ese tipo de medidas, consideran que el programa nuclear iraní es una cuestión que incumbe sobre todo a la OIEA. La sensación de bloqueo que se deduce de esas divergencias se vio reflejada en una declaración del embajador británico ante la ONU, Emyr Jones Parry, quien aventuró que no se empezará a discutir una decisión hasta mediados de septiembre. Si las divisiones en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas continúan, Washington, que ya impuso sanciones unilaterales a Irán en la década de 1990, se plantea presionar a otros países para que hagan lo mismo, aunque fuera del ámbito de la ONU.
Sin embargo, McCormack enfatizó que Irán puede anunciar que acepta las demandas del Consejo de Seguridad incluso tras la fecha límite de mañana, lo que daría paso a negociar una serie de beneficios que recibió Teherán en junio a cambio del fin de sus actividades atómicas. Las seis mayores potencias mundiales reunidas en Viena alcanzaron entonces un acuerdo sobre un paquete de incentivos y amenazas a la República Islámica. Sin embargo, el líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, afirmó en agosto que su país seguirá adelante con sus actividades nucleares pese a las presiones internacionales.
El secretario general del Consejo Supremo de la Seguridad Nacional de Irán, Alí Lariyani, invitó la semana pasada a las grandes potencias mundiales a "negociar seriamente" el asunto del enriquecimiento de uranio. Sin embargo, este lunes Teherán dio un paso más en su programa nuclear al inaugurar una instalación que genera agua pesada.
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