lunes, agosto 28, 2006

La "lulamanía" se apodera de Brasil

Cuatro años atrás, en su cuarto intento de llegar a la presidencia, Luiz Inacio Lula da Silva incendiaba los mercados con los ecos pasados de sus antiguas consignas contra el Fondo Monetario Internacional y a favor de las invasiones de tierras. Ahora, cuando falta poco más de 30 días para las elecciones en las que puede obtener la reelección, la "lulafobia" de aquel momento dio lugar al fenómeno opuesto: la "lulamanía". Si en 2002, ante la posibilidad de una victoria de Lula, el riesgo país medido por el banco norteamericano JP Morgan llegó a tocar los 2450 puntos, hoy oscila en torno de los 210 puntos, 12 veces menos. El índice de la Bolsa de Valores de San Pablo, que arañaba en aquellos días los 10.000 puntos, vivió durante los cuatro años de gobierno de Lula una escalada histórica: el viernes cerró a 35.957 puntos. El dólar, que había tocado los 4 reales, ahora se cotiza a 2,10.

El socialdemócrata José Serra era en la elección pasada el preferido de los mercados. "Es Serra o el caos", llegó a decir el inversor George Soros. "Ahora él diría que es Lula o el caos", bromeó, en una entrevista con LA NACION, Kenneth Maxwell, director del Programa de Estudios Brasileños de la Universidad de Harvard. "Cuando tiene en la región a un Hugo Chávez, un Evo Morales e incluso a un Néstor Kirchner, naturalmente que hasta George W. Bush ama a Lula", dijo Maxwell, en un diálogo telefónico desde los Estados Unidos. "Lo que todo el mundo odia es la incertidumbre. Hoy, Lula representa la estabilidad. Años atrás la gente le temía, pero terminó siendo lo que se podía esperar: un sindicalista conservador, que no combate al sistema porque él fue siempre parte del sistema", añadió. "Fue un gran avance para el país la elección de Lula, porque eliminó por completo el miedo a la alternancia de poder", comentó por su parte la economista del banco holandés ABN Amro Tatiana Pinheiro. "Lula adoptó una política económica pragmática, mantuvo el superávit en las cuentas públicas y cumplió todas las metas de inflación, entre otras cosas", afirmó.

Según Pinheiro, "quedó comprobado que la «lulafobia», como cualquier fobia, era algo irracional. Había incertidumbres que tenían fundamentos, pero que se demostraron equivocadas. Hoy, el mercado ya no cuestiona a Lula y sabe que si Lula gana el pragmatismo continuará".

Más que cuestionarlo, lo prefiere. Se transformó en el queridinho de los mercados, como es vox pópuli en Brasil. "Que gane Lula o [el candidato de la oposición socialdemócrata Geraldo] Alckmin es lo mismo. El gobierno de Lula terminó siendo un gobierno extremadamente conservador", llegó a decir dos semanas atrás el patriarca del Banco Itaú, Olavo Setúbal. Con una habilidad política notable, Lula logró construir una masa de adhesiones aplastante. Es aclamado por las clases D y E, las más bajas, donde se concentran parte de los 11 millones de familias que reciben subsidios mensuales de hasta 150 dólares. Lo vota una buena parte de sus militantes tradicionales, que aunque pueden haberse desencantado con el gobierno, no apoyarían a Alckmin, a quien identifican con la derecha. Y el establishment empresarial y financiero, que se favoreció con el crecimiento económico, ya no combate a Lula.

Continue leyendo el artíulo del diario La Nación de Buenos Aires

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

 
Libardo Buitrago / Blog © 2013 | Designed by RA