Los invito a leer este artículo preparado por la periodista Mata Lillo Bustos del Diario Financiero de Santiago de Chile:
La incertidumbre política no minaría a largo plazo el repunte de la economía tailandesa, ni las negociaciones para un acuerdo comercial con Chile.Transcurrido dos días desde el golpe de Estado liderado por las Fuerzas Armadas, la situación en Tailandia ya da señales de volver a la normalidad. Los líderes del movimiento que el martes sacó del poder al primer ministro, Thaksin Shinawatra, aseguraron que dentro de dos semanas entregarán el control a un gobierno de transición para que convoque a elecciones en octubre de 2007.
La decisión del respetado rey Bhumibol Adulyadej de respaldar la insurrección, que no provocó víctimas fatales, permitió a los economistas respirar más tranquilos ayer, debido al impacto negativo que un recrudecimiento de la situación podría tener en una economía todavía adolorida por la crisis asiática de 1997-1999.
“Después del nerviosismo inicial, esto debería calmar a los mercados”, explicó el director ejecutivo de la Fundación Chilena del Pacífico, Manfred Whilhelmy von Volff. “La medida es mala para la democracia, pero explicable bajo las circunstancias. Circulaban rumores de un suceso así debido a la situación electoral de disputa y el gobierno ya había perdido autoridad”.
En cuanto a las negociaciones de un Tratado de Libre Comercio con Chile, actualmente en estudio, aseguró que el incidente no tendrá un impacto negativo. “La cancillería tailandesa es muy profesional y el efecto podría ser muy pequeño. Aunque es muy temprano para asegurar si el calendario va a cambiar”, reconoció el especialista.
Estrechando los lazos
Chile negocia desde febrero un TLC con la economía de US$ 188 mil millones, la segunda mayor del sudeste asiático después de Indonesia. El intercambio comercial crece desde 2000 y totalizó US$ 292 millones el año pasado. Los principales productos chilenos importados por Tailandia son cobre y sus derivados, concentrando el 38,2% del total, seguidos por truchas, salmones, celulosa, además de exportaciones no tradicionales como cueros y pieles curtidas, conservas de frutas, aceites de pescado y papel de diario.
Chile, a su vez importa de Tailandia productos como cemento y maquinarias como lavadoras, artículos electrónicos, y camionetas originarias principalmente de Japón, pero ensambladas en ese país. Estos embarques representan 43% del total con US$ 68 millones. Para Whilhelmy, un eventual TLC impulsará un intercambio que todavía es bajo. “Tailandia es la economía más dispuesta a una apertura y a llegar a un posible TLC con Chile, si se cumplen la expectativas de que surja un informe positivo” del estudio de factibilidad bilateral, que tuvo su segunda revisión en mayo.
En la mira
La incertidumbre política de los últimos dos años melló la confianza de los consumidores e inversionistas tailandeses, reduciendo el crecimiento del PIB desde 6,1% en 2004 a 4,5% el año pasado. El Banco de Desarrollo Asiático espera que la expansión no supere 4,2% este año. Con la salida de Shinawatra, el principal factor de incertidumbre habría desaparecido. Pero los expertos e inversionistas recién hoy podrán evaluar el impacto del golpe de Estado en la economía tailandesa, ya que toda actividad fue suspendida el miércoles. Aunque acostumbrado a los alzamientos (18 en los últimos 32 años), el índice bursátil de referencia para Tailandia perdió 8% durante la última insurrección -en mayo de 1992- antes de repuntar más de 30% en los ocho meses siguientes. El presidente del Banco Central de Tailandia, Pridiyathorn Devakula, se adelantó a los hechos y calmó a los inversionistas, asegurando que el golpe militar no afectará a la economía ni las inversiones ya que no fue violento, y que no intervendría en el tipo de cambio para suavizar la caída de la moneda local.
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