La presión de la calle también ha surtido efecto sobre un Gobierno que recibe a diario severas críticas por el manejo de la guerra en Líbano y que necesita un respiro. El jueves, una manifestación en Tel Aviv reunió a 50.000 personas que reclamaban la vuelta a casa de Shalit y de los capturados en Líbano, Eldad Regev y Udi Goldwasser.
Ofer Dekel, ex número dos del Mosad, servicio de espionaje exterior israelí, y enviado del primer ministro Olmert, ha viajado recientemente a El Cairo y a Alemania, según revelaba ayer el diario Yediot Ajoronot. En Egipto se ha entrevistado con jefes de los servicios secretos de ese país, que desde finales de junio median en la crisis. En el país europeo se reunió con Ernst Uhrlau, jefe de la agencia de espionaje, que precisamente trabaja estos días en Beirut con el mismo cometido.
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