Había sido lanzada en noviembre de 2003 y estaba en la órbita lunar desde hace 16 meses. Durante todo este tiempo recorrió 100 millones de kilómetros y le permitió a los científicos realizar importantes experimentos. Al caer, dejó un cráter de 3 a 10 metros de diámetro. Como estaba previsto, la sonda lunar europea Smart-1 se estrelló hoy en la Luna, poniendo fin a una misión científica exitosa comandada por la Agencia Espacial Europea (ESA). La sonda, que pesa 290 kilos, cayó a las 3.42 (hora argentina) a una velocidad de 2km/s (7.200 km/h) en el llamado "Lago de la Excelencia", una zona situada en la región sur de la Luna. Según los expertos, el impacto provocó "un pequeño cráter de 3 a 10 m de diámetro".
La sonda fue lanzada el 28 de septiembre de 2003 del centro espacial de Kuru (en Guyana) y entró en órbita lunar hace 16 meses, en noviembre de 2004. Luego, en marzo del año pasado, cuando entró en la órbita elíptica polar, empezó con sus observaciones científicas. Durante todo ese tiempo, y gracias a su motor iónico, recorrió 100 millones de kilómetros consumiendo únicamente 80 kilos (50 litros) de combustible. Y envió más de 20.000 fotos de la superficie lunar de una nitidez jamás alcanzada hasta ahora.
Gracias a la Smart-1, además, los científicos "detectaron por primera vez calcio y magnesio" en la Luna, "midieron las diferencias de composición en el nivel de los picos centrales de los cráteres, llanuras volcánicas y gigantescas cuencas de impacto" y "realizaron mapas del conjunto de la superficie lunar, incluida su cara oculta", precisó la ESA. Asimismo, permitió ensayar -con éxito- algunas tecnologías que podrán ser utilizadas por otras misiones espaciales europeas a Mercurio -con la sonda Bepi-Colombo (en 2013)- o a bordo de la futura misión india Chandrayaan a la Luna.
La sonda fue lanzada el 28 de septiembre de 2003 del centro espacial de Kuru (en Guyana) y entró en órbita lunar hace 16 meses, en noviembre de 2004. Luego, en marzo del año pasado, cuando entró en la órbita elíptica polar, empezó con sus observaciones científicas. Durante todo ese tiempo, y gracias a su motor iónico, recorrió 100 millones de kilómetros consumiendo únicamente 80 kilos (50 litros) de combustible. Y envió más de 20.000 fotos de la superficie lunar de una nitidez jamás alcanzada hasta ahora.
Gracias a la Smart-1, además, los científicos "detectaron por primera vez calcio y magnesio" en la Luna, "midieron las diferencias de composición en el nivel de los picos centrales de los cráteres, llanuras volcánicas y gigantescas cuencas de impacto" y "realizaron mapas del conjunto de la superficie lunar, incluida su cara oculta", precisó la ESA. Asimismo, permitió ensayar -con éxito- algunas tecnologías que podrán ser utilizadas por otras misiones espaciales europeas a Mercurio -con la sonda Bepi-Colombo (en 2013)- o a bordo de la futura misión india Chandrayaan a la Luna.
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