Una entrevista de "Ñ" con el Premio Cervantes 2003 se convirtió en un espectáculo poético privado, un chisporroteo de humor serio y afirmaciones imprecisas. Rojas propuso preguntas, respondió otras, reivindicó el surrealismo, el humor, la escritura automática y la poesía como una actividad fisiológica. Explicó luego su trabajo declamando y analizando ante el cronista uno de sus más recientes poemas. Con la nota, va el texto inédito "Empréstame a tu hermana". Recomiendo esta entrevista que realizó el destacado periodista Andrés Hax del diario El Clarín de Buenos Aires, sobre nuestro destacado poeta:
Señor periodista: Estoy muy cansaaa-do. Estoy cansado de caminar todo el día por las calles de Buenos Aires y de caminar todos estos siglos por la vida." Es la voz del poeta chileno Gonzalo Rojas hablando por teléfono desde su habitación del Hotel Boulevard, cerca del Obelisco. Parece que la entrevista no se va a dar. Son las diez y media de la noche. Es pleno invierno. Tiene noventa años. Está en todo su derecho de decir: "No, muchas gracias, buenas noches."
Pero sorpresivamente nos invita a desayunar la mañana siguiente, en el hotel. A las nueve en punto sale del ascensor acompañado por su asistente. Es menudo, formal, y bien derecho. Camina despacio pero firme. Está vestido de traje oscuro, impecable, con una corbata roja y su gorra negra de marinero. Su compañera es larga y flaca, vestida de falda y también con una corbata roja. Le lleva un maletín de cuero que guarda tesoros: el facsímil de un telegrama de André Breton; la copia de una carta de Gabriela Mistral; una lista de insólitas preguntas poéticas; poemas inéditos. Todo lo cual termina regalando a su entrevistador que —inexplicablemente— se convierte, una vez comenzada la charla, de "señor periodista" en "Andrés querido".
Para Rojas la palabra es todo, y más que la palabra, la sílaba. Hasta se podría decir que no habla en palabras. Habla en sílabas. Pausando, prolongando, enfatizando, suspirando.
—- ¿Si lee su primer libro "La miseria del hombre" ve el mismo poeta que es hoy?
—- Andrés querido... Mira... Sin jugar con ningún vocablo, ni palabras, ni nada de eso. Soy el mismo. Y en mí se ha operado algo así como la metamorfosis de lo mismo. Lo que te quiero decir es que soy el mismo. Creo ser. Es tan difícil decir soy. Siempre será difícil decir soy. Pero creo ser el mismo lector, intra-lector de siempre desde niño. Y el mismo que está apostando a decir mundo, nada más.
—- ¿Y cómo nace un poema? ¿Es una búsqueda de la iluminación?
—- Ya la palabra búsqueda me parece un poco difícil —no intolerable, pero difícil— porque eso implicaría ser un buscador, y sucede que yo no busco nada. El rey de España —y lo vamos a traer a mencionar— dijo al celebrar ese premio que se me dio hace tres años (N. de R.: el Cervantes) que yo era un buscador. No le entendí nada. Porque yo no soy buscador de nada. Aunque lo diga el rey.
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